domingo, 24 de febrero de 2008

Cassonade - Berlín

Otro de esos sitios que se descubren por casualidad, durante un paseo invernal, y cuyo aroma al pasar obliga a hacer una parada.

Siguiendo la ruta gastronómica por Berlín, que empezamos en La Tienda, y sin dejar el barrio de Kreuzberg, llegamos directos a Bélgica. En la calle Oranienstr. 199 encontramos este pequeño café que lleva la belga Anne-Françoise Perin. La especialidad son los gofres, dulces o salados, sobre dos bases diferentes, gofre de Lieja o de Bruselas.

Gofre de Lieja con chocolate

Tampoco faltan otras especialidades belgas como chocolate, cerveza y, claro está ¡cómics de Tintin!

Pancakes de tortilla de patatas

Tres ingredientes básicos, tantas variantes como personas la cocinan, y la de la madre o la abuela siempre la mejor. La tortilla triunfa allá donde va. Hoy he experimentado un poco y esto es lo que ha salido:


Ingredientes

Patatas
Cebolla
Huevos

Elaboración

Al igual que la tortilla de siempre pelamos y cortamos las patatas y las cebollas y las freimos en aceite a fuego moderado. Cuando estén hechas las sacamos, escurriendo bien el aceite, y las colocamos en una fuente. Añadimos entonces los huevos y trituramos todos los ingredientes hasta que quede una crema uniforme. Calentamos la sartén o la plancha y con una cuchara vamos haciendo pancakes.
Se pueden servir con una salsa alioli o de tomate al gusto de cada uno.


El blog amiloquemegustaescocinar propone una bonita idea, una recopilación de recetas de tortillas, hasta el 15 de marzo podéis enviar las recetas. ¡Hasta pronto! :-)

jueves, 21 de febrero de 2008

Más Knödel... fritos


Con los Knödel de ayer me he hecho hoy este plato al mediodía. Fácil y rápido: cortar en rodajas la bola del Knödel y freirlas a la plancha hasta que estén doradas. Solos o con ensalada están bien de todas formas. Se pueden espolvorear con un poco de parmesano rallado o acompañar con alguna salsa. Yo simplemente les he puesto un poco de mostaza dulce.

¡Ah! La receta de los Knödel la tenéis en la entrada anterior Caldo con Speckknödel.

miércoles, 20 de febrero de 2008

Caldo con Speckknödel

Siempre que tengo visitas de fuera, me suelen pedir ir a comer a un restaurante típico alemán. Así que pregunto a amigos y conocidos si tienen alguna recomendación. La reacción es siempre la misma: ¿Un restaurante típico alemán? ¿Para qué quieres ir a un restaurante alemán? ¡Si en Berlín tienes tantas otras opciones!
Para mí no deja de resultar curioso. ¿Os imagináis esta reacción en España? ¡¿Un restaurante con comida típica española?! ¡¿Pero qué se te ha perdido en un sitio así?! Impensable ¿o no?


Supongo que esta falta de autoestima respecto a la cocina tiene mucho que ver con la educación recibida en Alemania tras la guerra y, prácticamente, hasta la actualidad, donde cualquier símbolo de exaltación de lo propio se considera relacionado a un pasado demasiado reciente en la memoria colectiva.
Sin embargo, esto está cambiando, y las nuevas generaciones se están plantando y haciendo cara a esta educación en la autoculpa. Reivindicando su identidad sin tener que caer en ello en estereotipos pasados. La cocina como producto cultural refleja también este cambio. Desde hace unos años hay cada vez más cocineros que trabajan sobre la cocina regional tradicional preparándola según el estilo de la nouvelle cuisine, la Neue Deutsche Küche o nueva cocina alemana. Yo quiero poner mi miguita de pan desde mi perspectiva.

El plato que he hecho hoy no es, ni pretende ser, nueva cocina, sino cocina regional típica en Alemania y Europa Central: los Knödel, Klösse o Klößchen (cada región tiene un nombre para ellos), una masa, que varía según la receta, pero que tiene en común la cocción en agua o al vapor. Yo he elegido esta vez la masa con base de pan y tocino, los vegetarianos pueden simplemente preparala sin tocino. Otra base muy común es la de patata.

Ingredientes

300 g de pan (del día anterior)
100 g de panceta
media cebolla mediana
10 g de mantequilla
3 huevos
250 ml leche
4 cucharadas de perejil picado
2-3 cucharadas de harina
sal

Preparación

Cortar el pan en dados de aprox. 1 cm y colocar en una fuente profunda. Cortar también la panceta fresca y freir a fuego medio en una sartén. Añadir la cebolla también cortada en pequeño y rehogar hasta que esté transparente, añadir entonces el perejil.
Este refrito se incorpora a las migas de pan. Batir aparte los huevos con la leche y añadir a la mezcla anterior. Incorporar finalmente la mantequilla y la harina, sazonar a gusto y amasar todo bien, aplastar la masa y dejarla reposar una media hora.


Poner a hervir agua con sal en una cazuela. Formar con las manos húmedas 6 bolas grandes y echarlas con cuidado al agua en ebullición. Hervir durante unos 15 minutos o hasta que las bolas hayan subido a la superficie y floten (puede que se peguen al fondo, en tal caso despegarlas cuidadosamente con una cuchara). Sacar con una espumadera y escurrir bien.

Los Knödel tienen muchísimos usos en la cocina, en sopa como aquí, como guarnición para platos de carne o solos como plato pricipal, y hasta en postres: como el estupendo Marillen-Knödel austríaco, relleno de albaricoque (seguro que Marona nos puede contar algo sobre él :-). Yo he empezado con los salados, y con la sopa, Knödel en caldo de verduras:

martes, 19 de febrero de 2008

La Tienda de Omar - Berlín

La oferta gastronómica en Berlín refleja la energía que tiene esta ciudad, abierta al mundo y ansiosa siempre por cambiar y por incorporar todas las culturas que llegan hasta ella. Comer fuera en Berlín es dar un paseo por el mundo y por sus culturas de la mano de la cocina.

Desde aquí, y en una nueva sección Comer fuera, me gustaría dar un paseo con vosotros, e ir parando a tomar algo en algunos de mis sitios preferidos. Hoy nos vamos a comer a La Tienda, en el barrio de Kreuzberg.


Desde que descubrí este local que lleva Omar, colombiano de origen y, al igual que yo, Wahlberliner o "berlinés por elección", suelo ir a comer siempre que estoy por la zona.

En la carta del día Omar tiene normalmente dos platos a elegir: una sopa o un guiso y un plato vegetariano, y os puedo asegurar que la elección es siempre difícil. Los productos son, además, de primera calidad y siempre ecológicos. El plato vegetariano, frecuentemente de pasta, suele ser un plato combinado de pasta fresca casera, ensalada y una guarnición de verduras guisadas o legumbres.

Sopa de cordero
(como se aprecia, Omar "me alimenta" bien)

Gnocchi con tomates secos

La única pega que tiene esto es que, después de un señor plato como éste, lo que apetece es una buena siesta, cosa imposible de hacer con una pausa casi inhumana para comer de 45 minutos. Así que, un café rápido, esta comida no está completa sin el café, y a seguir. Además La Tienda tiene uno de los mejores cafés que conozco de esta ciudad, y por supuesto, colombiano.



Creo que la cocina de La Tienda no puede definirse bajo la etiqueta de ninguna cultura en especial: es simplemente una cocina nacida de la diversidad, cocina sana, casera y hecha con cariño y con productos de primera calidad. Una prueba de que la cocina mejora con la diversidad, incorporando a una base tradicional nuevos productos y nuevas formas de prepararlos. Siempre en cambio y enriqueciéndose con el mismo. ¿Alguna idea de qué nos puede enseñar la cocina a nosotros?

¡Tengo un premio!

Pues sí, he recibido un premio y me hace ¡¡¡muchíííísima ilusión!!! En especial porque este blog está todavía en pañales, empezando. En este tiempo en la blogosfera he conocido a un montón de gente interesante y he aprendido mucho. ¡Gracias a todos por estar ahí!


Mar, del estupendo blog Los Sabores Perdidos, ha pensado en esta ocasión en mí y me ha concedido este premio. ¡Gracias, Mar, por elegir Intercultura y Cocina, y gracias por tus bonitas palabras!

Y ahora me toca a mí, difícil, difícil. Bueno, pero allá voy. Mis elegidos son:

  • A ¿Te quedas a cenar? porque es un blog en el que cada día aprendo algo nuevo, Nunca te acostarás sin mirar en ¿Te quedas a cenar?
  • A El tiempo de la marmota, donde Marona nos da muchísimas ideas ricas, ricas, y comparte con nosotros sus experiencias en Salzburgo.
  • A La cocina delokos, un megablog, con un montón de recetas vegetarianas e informaciones interesantes, y todo contado de forma muy amena.
  • A Caminar sin gluten, que nos presenta una gastronomía apta para celíacos ¡os sorprenderá!
  • A Amíloquemegustaescocinar, porque me podría pasar horas viendo las fotos y disfrutando de las recetas.

Y seguiría... pero prefiero dejarlo aquí y seguir compartiendo con vosotros todas esas recetas que nos acercan más.

martes, 12 de febrero de 2008

Sirope de remolacha

El sirope o arrope de remolacha, Zuckerrübensirup o Rübenkraut en alemán, es la melaza que resulta de reducir el zumo natural concentrado de la remolacha azucarera recién cosechada, sin las fibras vegetales y sin aditivos añadidos (sin gluten ni lactosa).

Debo confesar que descubrí este sirope no hace mucho, de visita en casa de amigos, y al principio pensé que se trataba de un tipo de esas mieles oscuras y espesas, pero el nombre del envase no decía nada de miel, en su lugar una de esas maravillosas palabras alemanas que, por la alternancia consonante/vocal de sus sílabas, son más amables a oídos castellanos... Zu-cker-rü-ben-si-rup... y que, además, suena ya a dulce. El sabor es acaramelado con tonos amargos que recuerdan al regaliz.

No hay muchas marcas que comercialicen este sirope en Alemania, si comparamos con mieles y mermeladas, y en el supermercado hay que agudizar un poco la vista para descubrirlo. Otro aspecto que le resta popularidad es la asociación con la melaza de remolacha para la alimentación de animales, producto residual de la industria azucarera, y la fama que sigue teniendo de "comida de gente pobre".

El sirope en esta forma tiene muchos usos: por ejemplo, para untar en tostadas y pan, naturalmente, pero también para endulzar salsas, en bizcochos, sobre tortitas, pancakes o crêpes, para masas de pan e incluso, en la industria farmacéutica, como componente de caramelos para la tos o para el resfriado.
A mí, como más me gusta es así:

En rebanada de pan y queso fresco

La empresa Grafschafter es una de las principales productoras de este sirope en Alemania y tiene, además, una página web (sólo en alemán) muy informaviva, con vídeos sobre cómo se obtiene el sirope y con muchas ideas para recetas.

Puré de lentejas rojas

El fin de semana pasado estuve en un restaurante nepalés tibetano donde nos pusieron de "tapa" una sopa de lentejas rojas con una condimentación de curry para chuparse los dedos. Ya se sabe que la tapa, no sé si porque es lo primero que nos llevamos a la boca, o por el efecto de sorpresa (normalmente, o no la esperamos o no sabemos qué nos pondrán), suele saber a gloria. En fin, ya no me acuerdo de qué comí después, me vine a casa pensando en la sopa y en que tenía que preparar una olla entera.
Este tipo de lenteja es muy fácil de preparar, y además muy rápido: no necesitan remojo, se cuecen en una media hora y con sólo añadir una cebolla entera pelada, resultan un plato sorprendente con un sabor propio muy especial.
La siguiente receta puede hacerse también sin la condimentación de curry, como he dicho, la lenteja tiene de por sí mucho sabor.


Ingredientes

175 g de lentejas rojas sin piel
1 cucharilla de pasta de curry
650 ml agua

Elaboración

Las lentejas rojas no necesitan remojo antes de la cocción. Únicamente lavarlas 2 ó 3 veces con agua y escurrirlas.
Poner en la cazuela en la que se van a cocer. Añadir la pasta de curry y el agua y poner a cocer destapada a fuego medio hasta que el agua comience a hervir, a continuación, bajar el fuego, tapar la cacerola y dejar cocer unos 30 minutos.
Y ¡ya está! Remover de vez en cuando para que no se peguen y para ver si hay agua suficiente. Añadir más agua si se quiere que la sopa esté más líquida. Antes de servir probar y corregir con sal si se desea. Se puede tomar también con un poco de limón exprimido que (por recomendación especial de mi tía) ensalza los sabores y le da un toque fresco.
Yo la acompañé con unos pappadums fritos.

lunes, 4 de febrero de 2008

Bizcocho Pasiego

Contribución al HEMC #19

hemc 19 - bizcocho

Para hacer este bizcocho he tomado la receta de los sobaos pasiegos clásicos y, simplemente, he horneado la masa resultante en un molde grande. El resultado ha sido un bizcocho sencillo y muy jugoso.

Ingredientes
250 g harina
250 g mantequilla
250 g azúcar
3 huevos
1 cucharadita de anís o ron
1 pizca de sal
ralladura de 1 limón
3 cucharaditas de levadura en polvo

Preparación
Tamizamos la levadura en polvo con la harina. En otra fuente ponemos la mantequilla ablandada (a temperatura ambiente), el azúcar, la ralladura del limón, la sal, los huevos ligeramente batidos y el ron o anís. Después vamos añadiendo la harina poco a poco para evitar que se formen grumos. ¡Amasamos todo con las manos! Es esta forma la que da nombre al bizcocho, ya que "sobamos" la masa hasta obtener la consistencia deseada. Vertimos la crema obtenida en un molde para bizcochos untado con algo de mantequilla e introducimos en el horno precalentado a 180ºC durante 25-30 minutos. Cuando la superficie esté dorada comprobamos con un palillo que el interior esté cocido antes de sacarlo del horno.


El resultado ha sido este bizcocho muy jugoso con el sabor característico del sobao. Como no modifiqué las cantidades, y al hacerlo en un molde más grande, el bizcocho no tiene la textura esponjosa del sobao, aunque sí ha mantenido su textura densa jugosa.

Los sobaos pasiegos son, junto a la quesada, probablemente la receta más conocida del Valle de Pas en Cantabria.

Y para acompañarlo, un chocolate a la taza... ¿Vale esta imagen más que mil palabras?