viernes, 23 de octubre de 2009

Nostalgia de sopas

Cualquiera que haya estado en Berlín en los últimos años se habrá percatado de la cantidad de atracciones turísticas y tiendas de souvernirs existentes relacionadas con la antigua RDA o con los entonces sectores aliados. El boom turístico que vive la capital desde hace ya algunos años no ha hecho más que favorecer su aparición. También hace tiempo apareció el término Ostalgie, un acrónimo formado por las palabras "Ost" (Este) y "Nostalgie" (nostalgia), para referirse a la nostalgia por los tiempos vividos durante la RDA, término lógicamente no exento de polémica (en todas partes hay gente que sigue pensando que con el fulano de turno se vivía mejor), pero que al final parece que ha acabado dejando atrás las malas vibraciones y se ha centrado en la exitosa estrategia de marketing para todos esos productos (trozos de muro made in China, por ejemplo) que se venden en los puestos de souvernirs o tiendas de moda retro. Hace justo un año hablé de uno de los productos ostálgicos por excelencia.

En cocina, entre las recetas clásicas de la RDA, hay una que ha resistido con éxito el cambio de época y se ha sabido extender a otras partes de Alemania: la Soljanka (pronunciado /solyánka/). Uno de los platos estrella en todo libro de recetas de la RDA que se precie. Una sopa cuyo nombre nos deja entrever su origen soviético, aunque parece ser que su etimología no está del todo comprobada.

Soljanka

La soljanka alemana tiene algunos ingredientes básicos como son trozos de carne (del tipo que sea), cebolla, tomate concentrado y pepinillos; y variaciones mil como la col, salchichas, alcaparras y todo lo que tengamos rodando por la nevera. De ahí que no encontraremos dos soljankas iguales. Característicos, eso sí, son su sabor agridulce y su color rojizo oscuro.

A pocos días de que se cumplan los 20 años de la caída del muro de Berlín, un poco de cocina ostálgica. Mi alemanito oriental me ha dicho (con un tono muy diplomático) que la de su madre sabe diferente... #%&@#! (corramos un tupido velo), además ya he dicho que no hay dos soljankas iguales. A ver cómo os sale la vuestra.

Ingredientes
300 g de carne
100 g de panceta
1 diente de ajo
1 cebolla grande
4 pepinillos encurtidos medianos
1 ½ l de caldo de carne
100 g de pasta de concentrado de tomate
1 cucharada de pimentón picante
1 cucharadita de eneldo
sal, pimienta
perejil
crema fresca (crème fraîche)

Elaboración
Picamos el ajo y la cebolla y hacemos un sofrito en una cazuela con un poco de aceite. Picamos la carne y la panceta en trozos pequeños y los rehogamos unos minutos en la cazuela también. Echamos el pimentón y la pasta de concentrado de tomate y le damos unas vueltas rápidas para que no se queme y para que la carne se impregne bien. Entonces añadimos el caldo de carne, los pepinillos cortados a dados y el eneldo. Reducimos el fuego y dejamos cocer durante una hora. Antes de servir comprobamos la sal y ajustamos en caso necesario. Servimos con un poco de perejil picado o una rodaja de limón y una cucharada de crema fresca por encima.

lunes, 12 de octubre de 2009

De cucurbitáceas

Un producto que no puede esquivarse este mes en mercados y supermercados en Alemania es la calabaza, en todas sus variedades, tamaños y colores. Prácticamente todos los restaurantes ofrecen durante este mes algún plato con calabaza, entre los más populares quizás, las sopas o las cremas. La mayoría de las calabazas de la región se cultivan en el Spreewald, una región al sur de Berlín de la que ya hablé aquí.

Lots of curcubits II

Lots of curcubits I

Todos los años pruebo alguna versión diferente de la sopa de calabaza, a pesar de ello acabo de darme cuenta de que el índice de recetas de este blog todavía no incluía ninguna. Una vez más la inspiración viene del otro lado del charco combinada con la primera versión de la crema que probé en casa de una amiga durante mi primer otoño en Alemania. Una crema de calabaza con gambas salteadas.

Spicy Squash Cream

Ingredientes
(para 3-4 personas, depende del hambre y la porción)

500 g de pulpa de calabaza (tipo Hokkaido por ejemplo)
1 zanahoria mediana
1 patata pequeña
1 "dado" de jengibre fresco
1/2 cucharilla de pasta de curry
100 g de gambas pequeñas frescas
1 diente de ajo

Elaboración
Cortamos la pulpa de calabaza, la zanahoria y la patata en trozos pequeños. Ponemos en una cazuela, cubrimos de agua y cuando empiece a hervir reducimos el fuego y cocemos a fuego lento unos 40 minutos y hasta que los ingredientes estén blandos. La calabaza tipo Hokkaido se hace más rápido que otras, si utilizáis otro tipo de calabaza tendréis que comprobar si está hecha después de los 40 minutos.

A media cocción añadimos el jengibre picado fino y el curry. Retiramos del fuego y pasamos la sopa para hacer una crema. Yo no tengo pasapurés y lo hice con la batidora, queda un poco más líquida. Añadimos un chorro de leche, esto ya a gusto si queremos una crema más líquida, eso sí, la leche suavizará también el color. Salpimentamos a gusto.

Las gambas que yo usé estaban ya cocidas y con sal por lo que para darle un poco más de "alegría" solo las salteé en dos gotas de aceite de oliva y el diente de ajo cortado en rodajas. Servimos la crema con las gambas por encima (aunque esto es un decir porque se hunden).

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Lots of curcubits IV

miércoles, 7 de octubre de 2009

Como sé que te gusta el arroz con leche...

Ayer, mientras chateábamos (desgraciadamente solo de forma electrónica), mi amiga S. me comentó que esta semana el Lidl tenía en España la semana de Alemania. Me entró curiosidad por ver lo que se ofrecía como típico alemán (bueno, las cervezas y las salchichas ya me las esperaba) y me fui a la página web del citado comercio para ver lo que tenían.
Aparte de los clásicos, hay dos que me llamaron la atención, la compota de manzana y las cerezas en almíbar. Y ¿qué tienen de especial estos dos productos en la gastronomía alemana? Pues seguro que lo comprenderéis si les añadís la asociación que a muchos alemanes les viene a la mente cuando piensan en Apfelmus. Son recuerdos de la niñez y de la comida casera de la abuela. Es compota de manzana como acompañamiento de los Kartoffelpuffer o de uno de esos platos universales que encontramos en tantas partes del planeta, el arroz con leche.

Dando un paseo por el mundo encontré esta receta de Indonesia, arroz negro con leche de coco. Me pregunto qué asociarán los indonesios a su arroz con leche.

Arroz con leche séʌǝɹ ןɐ

Black Rice Pudding

Ingredientes
(para 3 o 4 raciones)
300 g de arroz negro
aprox. 1,3 l de agua
1 rama de canela
180 g azúcar de palma (o panela o azúcar moreno)
380 ml de leche de coco
sal

Elaboración
El arroz negro necesita mucho más tiempo de cocción que otros arroces. Podemos prepararlo como se indica en el paquete o proceder de la siguiente manera: lavamos el arroz, lo ponemos en una cazuela con el agua y lo dejamos unas dos horas en remojo. Después ponemos la cazuela a calentar, sin cambiar el agua, y esperamos hasta que hierva. Entonces añadimos el azúcar y la rama de canela. Reducimos el fuego y dejamos a fuego lento, tapado, unos 45 minutos removiendo de vez en cuando para que no se pegue. Lo mejor es ir probando para ver si el arroz está hecho. Si es necesario podemos añadir más agua (siempre hirviendo) o quitar la restante si el arroz ya está hecho.

Mientras se cuece el arroz podemos preparar la leche de coco. Para esto ponemos la leche de coco a hervir con dos pizcas de sal. Después la dejamos reducir a fuego lento unos 15-20 minutos hasta que tenga una consistencia cremosa.

Servimos el arroz inmediatamente en cuencos con un par de cucharadas de leche de coco. Ajustamos el azúcar a gusto.

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