viernes, 30 de septiembre de 2011

Confesiones

Confesiones, sí, dos para ser más exacta. La primera es que nunca hasta ahora había comido sola en un restaurante, bueno, corrijo, nunca me había atrevido a hacerlo. Me daba corte. Tonterías diréis, pero así es. La cuestión es que viajando sola una lo lleva claro si no se atreve a realizar esta común actividad, así que lo he hecho, repetidas veces además. El hambre pudo con la vergüenza, totalmente infundada naturalmente.

La segunda confesión es que me zampé (yo sola) una poutine: patatas fritas con tropezones de queso derretido por encima y bañado todo ello con salsa gravy. Eso sí, en el sitio con las poutines más famosas de Montreal, La Banquise. Que de hacer las cosas, hacerlas bien.

La Banquise Poutine

8 comentarios:

  1. jajaja, a todos nos ha pasado, alguna vez tiene que ser la primera ! Y por cierto, el platito tiene una pinta estupenda, ñam !!
    Me encanta tu blog :) Sigue contándonos.. Un saludo

    ResponderEliminar
  2. a mi me encanta esa sensación de aislamiento cuando como sola viajando, lo que aún no he hecho es tomarme una copa sola, porque tampoco me lo pide el cuerpo que si no......

    ResponderEliminar
  3. Muy light para mi gusto el ta poutine! jajajaja... Deduzco que estaba estupendísmo! Y muy bien a lo de comer sola!

    ResponderEliminar
  4. Siempre hay la primera vez...mira yo desde los 18 años que me independicé...madre mía imaginate las veces que he comido sola...al principio es raro pero una se adapta a todo...el plato tiene muy buena pinta...
    besos

    ResponderEliminar
  5. que pintaza! yo a veces voy a comer sola, pero cuando trabajo y no me importa, pero es que viajar sola, por placer na de na, lo hice una vez y no me gustó!
    asi que bravooooooo por todo! que hambre tengo!

    ResponderEliminar
  6. Yo en un restaurante todavía no lo he hecho, cuando he tenido necesidad de comer sola he preferido comprar comida para llevar y almorzar en un parque, pero me parece que este año me va a tocar emularte; aunque por desgracia no podré disfrutar de un platazo como ese, además me sentaría fatal, jo...

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Pues me has dejado de una pieza con esa confesión, con esa imagen que das de mujer intrépida jamás hubiera dicho que no habías comido nunca tú sola en un restaurante... la poutine, ¿qué puedo decir que no se haya dicho ya sobre la poutine! ;-)

    ResponderEliminar
  8. Encar, eso mismo, siempre hay una primera vez, jeje ;-)
    Nieves, lo de la copa lo dejaré para el próximo viaje, aunque yo tampoco es que me tome muchas compañada, vamos que de copas no salgo mucho ;-)
    Primuca, un gusto verte por aquí!
    Núria, y tanto que una se va acostumbrando, de hecho, creo que me estoy aficionando "demasiado" al asunto, jeje.
    Ivana, me gusta viajar también acompañada, aunque ahora que he probado sola, creo que no va a ser la última vez.
    Akane, pues más o menos igual que tú hacía yo, pero en este viaje tenía que hacerlo, me he obligado a hacerlo, más bien. Una de las cosas que quería "aprender" a hacer, ya ves qué tontería ;-)
    Marona, una que sabe vender su imagen, ya ves, jeje.

    ResponderEliminar