sábado, 24 de mayo de 2014

La huerta

Como soy una bocazas y dije que hablaría de la huerta, muchos me habéis preguntado ya por ella. La cuestión es que estaba esperando a que estuviera un poco más avanzada para poder fardar de ella (que de eso va la cosa, ya sabéis ;), pero como veo que eso va a llevar su tiempo, aquí está la primera actualización sobre el estado de la cuestión. Espero que satisfaga vuestro voyeurismo y, claro está, mi creciente exhibicionismo.

Las fresas, urbanas como yo, pero que parece que tampoco llevan mal el cambio de aires después de haberme acompañado los últimos años en un macetero de mi antiguo balcón berlinés [suspiro].


Las judías verdes que me dio mi madre, hijas de las que tiene ella en su huerta cántabra. Estas me hacen especial ilusión, si no se las comen antes las babosas (o lumiacos para los entendidos).


Los tomates esperando a ser trasplantados. Los tomates me dan un poco de miedo porque, según lo que he aprendido hasta ahora, son bastante sensibles al agua. Pero estos me los ha dado una vecina rusa, que a su vez los ha traído de su pueblo en Siberia. Vamos, que si no me sobreviven unos tomates siberianos, creo que mejor dejo lo de los tomates.


Las acelgas rojas, ahí van. Confieso que las he plantado por el color


Y las hierbas aromáticas, estas van como locas, me parece que no me tengo que preocupar mucho por ellas.


Además de mi pequeño huerto, hemos heredado bastantes árboles frutales, y yo ya estoy empezando a soñar con tartas de cerezas...


...de manzana...


...ciruelas...


...y conservas de membrillo... ¡ilusión anticipada!


De momento, mientras espero los manjares de mi huerta, pruebo recetas para mi futura, y espero que abundante, cosecha :)
Como esta torta provenzal de acelgas de nuestra experta hortelana Ajonjolí.

domingo, 4 de mayo de 2014

Eierschecke

«La tarta de huevo es un tipo de tarta que, para desgracia de la humanidad, ha permanecido completamente desconocida en el resto del planeta», se dice que afirmó Erich Kästner al hablar de esta tarta original de Dresde, su ciudad natal.

Después del Stollen de Navidad, probablemente la tarta de la que los sajones están más orgullosos. El origen de su nombre en alemán, Eierschecke (pronunciado algo así como "aiyacheque") no está documentado. A pesar de ello es muy común leer que viene de una prenda de vestir del s. XIV, un tipo de faldón masculino de tres piezas. Sin embargo, también hay un adjetivo en alemán "scheckig" que significa "manchado o con manchas". Cualquiera de las dos, o ninguna, podría tener sentido a la hora de describir esta tarta que se caracteriza por sus tres capas: una base de masa de levadura, un centro fino de crema de queso quark y su capa principal, la Schecke que da nombre a la tarta, una crema esponjosa de huevos y vainilla.

Aparecida a principios del s. XIX en Dresde, era esta una tarta de la clase burguesa, con ingredientes como el queso quark y los huevos, que solo las personas más pudientes se podían permitir. Hoy en día, la Eierschecke es una de las tartas más populares y características de Sajonia.

Punto 1 de mis propósitos de integración sajona:
- Aprender a hacer una Eierschecke ✔


Ingredientes (para un molde redondo de fondo desmoldable de unos Ø 28 cm):
Para masa de levadura:
175 g de harina de trigo
25 g de mantequilla
25 g de azúcar
10 g de levadura fresca de panadería
50 g de leche
1 huevo
1 pizca de sal
Para la crema de quark:
200 g de queso quark
30 g de mantequilla
30 g de azúcar
10 g de harina de trigo
10 g de pudding de vainilla en polvo (de sobre)*
20 g de leche
1 huevo
1 pizca de sal
1 cucharadita de zumo de limón
Para la crema de huevos:
350 ml de leche
175 g de mantequilla
175 g de azúcar
5 huevos
50 g de pudding de vainilla en polvo (de sobre)*
1 pizca de sal

*En Alemania venden unos sobres de pudding instantáneo de vainilla en polvo (ver foto). Creo que se podrían sustituir por otros como los sobres de crema catalana ya que tienen una consistencia similar. Cualquier sugerencia al respecto será bienvenida. ¡Gracias!


Preparación
Masa de levadura:
  1. Todos los ingredientes deberán estar a temperatura ambiente.
  2. Disolvemos la levadura en la leche templada y hacemos una masa blanda con la mitad de la harina. Esta masa deberá reposar 30 minutos. Cuando haya subido, añadiremos el resto de ingredientes y amasaremos bien. Cubrimos la masa con un paño y dejamos reposar otros 30 minutos.
NOTA: Deberá quedar una masa flexible pero que no se pegue a las manos. Si es necesario, corregir de agua o harina.

Crema de queso quark:
  1. Mientras reposa la masa anterior, derretimos la mantequilla y añadimos el resto de ingredientes: queso quark, azúcar, harina, pudding en polvo, leche y el huevo. Mezclamos hasta tener una crema homogénea. Añadimos entonces el zumo de limón y una pizca de sal.
  2. Volvemos ahora a la masa de levadura. La estiramos con un rodillo hasta más o menos el diámetro del molde. Engrasamos bien el molde con un poco de mantequilla y ponemos la masa como base, apretando los bordes para que no suban mucho. Pinchamos varias veces la masa con un tenedor para que se haga mejor. Ahora podemos añadir la crema de queso quark que repartimos bien por toda la superficie.
  3. Precalentamos el horno a 190 °C.
Crema de huevos:
  1. Separamos las claras de huevos de las yemas.
  2. Disolvemos el pudding en polvo en 75 ml de leche.
  3. En un cazo ponemos a hervir el resto de leche (275 ml) con 85 g de azúcar. Cuando hierva añadimos a la mezcla anterior, dejamos que hierva una vez más y retiramos entonces del fuego.
  4. Añadimos al pudding caliente la mantequilla y, poco a poco, las yemas de huevo, y removemos rápidamente para que no se cuajen.
  5. Montamos las claras a punto de nieve, a las que vamos incorporando poco a poco el azúcar restante. Ponemos una pizca de sal. Cuando el merengue esté firme, incorporamos la crema de pudding cuidadosamente y con movimientos envolventes.
  6. Pasamos la crema obtenida al molde e igualamos la superficie.
  7. Metemos en el horno y tenemos 20 minutos a 190°, después bajamos la temperatura y 160° y horneamos otros 20 (tiempo total de horneado 40 minutos).
  8. Dejamos enfriar y espolvoreamos con azúcar glasé.
    Esta tarta debe enfriar completamente por lo que recomiendo hacerla siempre para el día siguiente, cuando las tres masas han reposado bien. ¡Imprescindible servir con un café en la merendola!

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