Creo que sobran los comentarios. El caso es que me he traído media docena a casa, todo sea por fines informativos y por amor al blog. Éste es sólo uno de los muchos productos que se le han ocurrido a algún ingenioso del merchandising para la Eurocopa, otro producto similar lo encontré hace poco en el blog de Paco desde Viena Directo, por allí no confunden la velocidad con el tocino sino el chóped con el fútbol.
Y no ha sido el único producto de marketing futbolero con el que me he topado esta mañana, ya que, de camino al súper, ahí estaban: las banderitas para coches, algo que no he visto estos días en España. Desde el Mundial de Fútbol de 2006 en Alemania cada vez que se celebra una competición a nivel internacional, los colores nacionales aparecen por doquier en calles, ventanas y, especialmente, en coches. Parece ser que en Austria también se lleva lo de las banderitas, un par de ejemplos aquí y aquí.
Este hecho, que a simple vista puede parecer una expresión de apoyo a la selección nacional, tiene aquí connotaciones más complejas. La aparición en las calles de la bandera nacional alemana inició durante el Mundial de 2006 un debate sobre un tema bastante sensible en este país como es la expresión del patriotismo que durante décadas ha estado asociado al nacionalismo y que forma parte de un oscuro capítulo demasiado reciente en la historia alemana. En esta ocasión parece que, al fin, todo ha vuelto a la normalidad, ya no hay debate y las banderas ondean sin que ello suponga una exaltación de extremismos patrióticos.
El caso es que los huevos futboleros me recordaron además un utensilio (gadget se diría ahora) del que quería hablar ya hace tiempo, el Eierpickser (no lo traduzco porque me sale una palabra malsonante), también muy popular por estos lares cuya función es, pues eso, "pinchar huevos" (!) antes de la cocción para evitar así que se resquebrajen. Funciona de maravilla, no se rompe ni uno. Yo conocí este artilugio aquí, por lo que para mí es un ejemplo típico de producto cultural, aunque está claro que cocer huevos es bastante universal, jeje, sin embargo me resultó muy gracioso cuando lo descubrí.
Estos "objetos a los que no prestamos especial atención por su cotidianidad pero que son intrínsecos a nuestra cultura" nos aportan discretamente información clave sobre la misma, son productos que muy pronto echamos de menos cuando vivimos en otra cultura con cotidianidad diferente. Como ejercicio de reflexión ¿qué productos son propios de vuestra cultura?
Me encantan los huevos "dálmata".
ResponderEliminarUn saludo.
He aquí un par de objetos propios a la cultura quebequesa (y canadiense):
ResponderEliminarhttp://micocinaenmontreal.blogspot.com/2008/03/northern-exposure-iii.html
Muy curioso, ese "perforador de huevos" :-)
A tu pregunta de productos culturales, lo primero que me ha venido a la mente es un objeto de mi infancia que ya no se usa en España pero que a mi me recuerda a la niñez: ¿te acuerdas de aquellos artilugios elaborados normalmente hechos de enea, creo yo, que servían para sacudir,o dar grandes palizas, a las alfombras en el exterior, en mi casa había al menos uno y que a mi me recordaban la forma de una llave gigante o una raqueta. Hace mucho que no veo ninguno y es que las aspiradoras acabaron con ellos.¿Cómo se llamarían?
ResponderEliminarcris, sí, también lo pensé yo, más que balones, dálmata
ResponderEliminararantza, jope, la pala quitanieves y el gorro me suenan de por aquí, pero esas botas tan profesionales no, son casi de astronauta!
nieves, claro que me acuerdo, es más, creo que he visto uno hace poco aquí, en Alemania, voy a fijarme mejor! ¡Qué curioso de lo que se acuerda uno, verdad? Un abrazo a las tres, :-D
Llevo pensando en esto desde que lo leí y no hay manera, no me viene a la mente ningún objeto. ¿El matamoscas quizá? en fin... lo que sí es cierto es que los alemanes son los masters del universo de los gadgets y cualquier objeto que te haga la vida más gemütlich ;) Estoy enamorada de las sillas de camping esas plegables que llevan hasta un soporte para la bebida...
ResponderEliminarBesos.
¡Ya está! ¡los saleros! Esos saleros con tapa que están en todas las cocinas españolas... por aquí no hay manera de encontrarlos :)
ResponderEliminarmarona, a ver, piensa, piensa, que seguro que te salen más. Pero si hace poco nos pusiste tú uno de esos castizos por excelencia... las servilletas y los servilleteros de los bares!!!
ResponderEliminarBueno, al menos en Alemania no se conocen. Recuerdo a un amigo fascinado por el diseño del servilletero cuando lo descubrió en España, jeje.