miércoles, 13 de octubre de 2010

Caracolas flamantes

Apenas bebo alcohol, el vino no me vuelve loca y la cerveza no me gusta, sin embargo, hay una época del año en la que, casi, casi, me convierto en alcohólica (comparando con mi consumo medio de alcohol durante el resto del año, no se me malinterprete). Y no, no es a causa de la fiesta de la cerveza que acaba de celebrarse en Múnich. El culpable es el mismo de todos los años, ese vino joven, a punto de fermentar, que podría confundirse con un mosto gaseoso de contenido alcohólico, el Federweißer. Por suerte para mi salud, y reputación, este vino tiene un período de vida corto, unas pocas semanas entre septiembre y octubre. Como está en pleno proceso de fermentación, el vino sigue produciendo gases, por eso, la botella no puede estar cerrada herméticamente con un tapón de corcho ya que explotaría, además, debe conservarse refrigerado. Todo esto hace que sea un producto de transporte complicado, por lo que suele ser difícil encontrarlo fuera de Alemania. Por tanto, si estáis en tierras germanas por estas fechas, aguzar la vista en busca de carteles que lo anuncien, aunque sea con falta de ortografía como el de abajo.

Federweisser

El perfecto acompañamiento para este vino es el Flammkuchen, algo así como la respuesta alsaciana a la pizza. He leído dos versiones diferentes sobre su origen, una dice que el Flammkuchen surgió para aprovechar el calor del horno después de hornear el pan, otra, un poco a la inversa, explica que antes de hornear pan se introducía un trozo de masa para controlar la temperatura del horno y con el tiempo se fue añadiendo algún que otro ingrediente para no desperdiciar el trozo de masa, hasta que se llegó al Flammkuchen como lo conocemos hoy. En cualquier caso, la composición del nombre en alemán hace sospechar una estrecha relación con las llamas del horno.

Mi horno no echa llamas, pero sí consigue hacer unos Flammkuchen bastante decentes, y flamantes, como el del año pasado o el del anterior, o las caracolas de este otoño.

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Caracolas flamantes
Ingredientes (para unas 24 unidades)
250 g de harina - 10 g de levadura fresca - 100 ml de agua - 50 ml de leche - 150 g de panceta fresca - una cebolla roja grande - un diente de ajo - 200 g de crema fresca (crème fraîche) - sal - nuez moscada y pimienta blanca

Elaboración
Diluimos la levadura fresca en el agua templada para activarla. Añadimos el agua con la levadura, la leche y una pizca de sal a la harina tamizada. Mezclamos bien hasta tener una masa homogénea. Dejamos reposar en un lugar templado durante una media hora hasta que la masa haya doblado su volumen. Mientras tanto picamos muy finas la cebolla y la panceta y las rehogamos un par de minutos a fuego fuerte hasta que empiecen a dorarse. Para hacer la crema, añadimos el diente de ajo machacado, media cucharilla de nuez moscada y media de pimienta blanca molida a la crema fresca. Normalmente no hace falta añadir sal a la crema ya que la panceta suele ser, de por sí, muy salada. Cuando la masa está lista, la dividimos en dos partes iguales. Empezamos con una parte. La aplastamos con las manos sobre una superficie enharinada para que salga el aire y después la extendemos con el rodillo hasta tener una base muy fina, preferiblemente alargada.

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Extendemos una capa muy fina de la crema y esparcimos la panceta y la cebolla procurando que queden repartidas por igual. Enrollamos con cuidado la masa sobre sí misma, por el lado más largo, hasta formar un rodillo que cortamos entonces en rodajas de unos 2 cm de grosor. Disponemos en una bandeja de horno preparada con papel vegetal e introducimos en el horno precalentado, en la parte baja, a temperatura máxima (el mío 250 ºC) de 10 a 15 minutos. Sacamos y servimos calientes. Repetimos los pasos con el resto de la masa.

22 comentarios:

  1. que delicia de vino y de caracolas!! me acaba de entrar hambre, me voy a desayunar!
    besitos

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  2. pues servidora, a su lado, es una completa alcohólica ya que el vinillo y la cervecita le hace más que "tilin" ... y que conste que no soy ni gran bebedora ni constante en consumo perooooo... me gusta. Por estas tierras también tenemos estos mostos alcohólicos de aspecto turbio y de complicado trasporte...

    Tus flamantes enrollados me enrollan también. Ya ves que hoy ando con la empatía subida y a todo lo que dices me suscribo con un y yo y/o también,
    Besos

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  3. me gusta tambien el vino y la cerveza, pero el Federweisser realemente es delicioso , sobre todo en el area donde vivo! Me encantan tus caracoles,
    saludos de tierra cerca de flammekuchen y Federweisser

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  4. Veo que somos varios los que hemos estado caracoleando estos días.No conozco el vino del que hablas, una pena que sólo se pueda probar in situ u otra excusa más para añadir a "razones para visitar Berlín".Me gusta más la opción caracola que pizza, francamente.
    Besos

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  5. Tranquila la falta de ortografía no la he visto, vaya que ni papa. El vino por lo que cuentas ha de estar muy rico y si se puede acompañar de una o unas cuantas de tus caracolas.....

    Muas!

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  6. Ivana, ;-)
    Maite, no estás en mala tierra para darle al vinillo y a la cerveza entonces ;-)
    cosas de cocina, bueno, bueno... lo que se dice bueno... está
    Stephanie, afortunada tú que lo tienes todo a la puerta de casa ;-)
    CRIS, es verdad, conste que me he acordado de ti y estoy segura de que, en mi subconsciente, la idea de las caracolas viene de tu blog ;-)
    Gemma, está riquísimo, el peligro es que se bebe como zumo, pero no lo es.

    Muchas gracias por todos vuestros comentarios ;-)

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  7. Vaya, cómo me gustaría probar ese vino... y precisamente porque yo tampoco bebo, más o menos como tú, así que para que una casi-abstemia se entusiasme con un vinillo, sé que tiene que estar rico... :-). A mí me pasa lo mismo con la "cidre de glace", que debe de ser el equivalente quebequés, pero sin burbujas. Me gusta reconocer algunas de las cosas que haces, sé que cuando se escribe un blog de cocina durante años, a veces una siente que repite las mismas recetas en las mismas fechas, pero me doy cuenta de que como lectora, es bonito lo de reconocer tradiciones que no son las mías.

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  8. Pues que quieres que te diga a mi también me va un buen vinito.....y en verano una cervecita fresquita...que????
    Los flammekuchen los comí en alsacia...no sabes como disfruté y que ricos que estaban...nunca mas he comido otro como aquellos...tendré que volver...je je.
    Las caracolas me han gustado mucho....me llevo la receta para una merienda o picnic o lo que sea.
    un beso

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  9. Aaaah, me gusta mucho la idea de hacer estas caracolas!
    El Federweiße se vende en Austria tambien. Allí, se llama "Sturm".

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  10. umm si me gsutaron las del hojaldre, estas ni te cuento... que rico!!!.. fuchiquitos

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  11. Me encantan las caracola, son siempre un bocado perfecto para disfrutar en cualquier momento, el acompañamiento es totall¡¡

    Besotes

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  12. Pero qué cosa más rica, por favor! Esta me la apunto y pasa a los primeros puestos de mis recetas pendientes, jeje!

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  13. Cuando estuvimos en Alemania conocimos estas flammkuchen pero no era temporado del vino que comentas y que debe ser riquísimo!!
    Si volvemos por estas fechas lo llevaré bien apunrado para probarlo.
    Un saludo.
    Mar, de los Sabores Perdidos.

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  14. Pues te voy a linkar el post y aí me ahorro explicar yo lo del vinillo... jejejeje... Las caracolas tienen una pintaaa... mmmh :d ¡cómo me gustan los Flammkuchen! (por aquí no los saben hacer tan ricos... shhhhhh)

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  15. ¡Qué pinta más buena!
    Creo que voy a pasarme por ahí el próximo otoño.... Bueno, es que me muero de envidia viendo esas cosas. Así que si me toca la bonoloto me voy a dedicar a pasear por allí: por Berlín, por Viena, por Montreal...

    Saludos

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  16. No tomo alcohol, no me gusta, salvo la sidra y un poco cuando estamos de fiesta. No conozco el vino del cual hablás pero si es burbujeante me animaría aprobarlo.
    Me encantó la versión enrollada de este pan-pizza saborizado, delicioso.
    Cariños

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  17. hummm me encanta el Flammkuchen y esta version debe estar muy buena.. va a la lista de pendientes!!

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  18. Hola Noema.
    Se ven deliciosas estas caracolas.
    Las fotos espectaculares.
    Y ese vino muy interesante.
    Besos

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  19. Pues a mi me encanta el vino y la cerveza (con moderación...ejem...) pero esas caracolas me apetecerían todavía mas!

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  20. Arantza, una acaba repitiéndose, cierto, de ahí la idea de enrollar la pizza alsaciana este año. A ver qué hago con ella el otoño que viene... ¿estrujarla, tal vez?
    Núria, para que yo tome una cerveza tiene que hacer mucho, pero muuuucho calor.
    la grosse mere, mis colegas austriacos ya me han informado sobre el Sturm y tengo curiosidad por probarlo, tendré que organizar un viaje a Austria en otoño.
    Mar, las Flammkuchen se pueden hacer todo el año, está claro, pero sin el vino, como que falta algo. Cuidado con el Federweißer que es cabezón ;-)
    Marona, mírala, ya veo que andamos todos con la ley del mínimo esfuerzo, ¿eh? Jeje, que no, todo un honor ;-) Y, ¿qué es eso de que nuestros vecinos no saben hacer hacer Flammkuchen ricos? No me lo creo, ¡la pizza alsaciana tiene que tener una hermana austriaca!
    María, jeje, a mí me pasa lo mismo, quiero ir a todos esos sitios con tantas cosas ricas que hay por el mundo ;-)
    Erika, creo que te puede gustar porque ya te digo que yo de alcohol, también poco.
    Karolina, Alicia, TROTAMUNDOS, Bea la cocinillas, Glenda, Margot, me alegro que os guste, ya me diréis si las probáis :-)
    marilu, epa! pues a hacerlas ;-)

    Besos y ¡gracias por vuestros comentarios!

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