Hace tiempo que quería hablar de un restaurante en Berlín que visité con mi madre y con mi buen amigo A. hace ya un tiempo. Se trata del Unsicht-Bar, cuyo nombre juega ya con lo que nos vamos a encontrar en el local. Bar Unsicht podría ser la traducción directa, sin embargo, "unsichtbar", escrito junto, significa "invisible". Y ¿qué hay de invisible, o mejor dicho de "no visible", en este restaurante? No podía ser otra cosa: la comida. El Unsicht-Bar es un restaurante totalmente a oscuras donde no es posible ver los platos en ningún momento, solo olerlos, oírlos, palparlos y, claro está, saborearlos.
Otra de las cosas que lo hacen especial es que el personal encargado de servir las mesas es invidente. Al entrar en la sala de comidas, son ellos quienes te guían y ayudan a manejarte en una sala completamente a oscuras, por lo que desde ese momento deberás confiar plenamente en ellos. No se permiten móviles o relojes con luz ni tampoco fumar, cualquier foco de luz que pueda alterar la absoluta oscuridad. Confieso que al principio se tiene una sensación un poco extraña, las pupilas intentan adaptarse a la oscuridad sin conseguirlo, pero transcurridos los primero minutos, uno empieza a relajarse.
Después de que nuestra camarera nos recoge a la entrada y nos guía a través de la oscuridad hasta la mesa, empieza la carrera de obstáculos. En la mesa nos explicó que cuando trajera algo nos iba a decir donde lo ponía. Para ello solo había que imaginarse la mesa como un reloj y cada vez que traía algo iba a decir a qué hora lo ponía, la bebida por ejemplo a la una, el pan a las diez, etc. Cuando nos trajo la bebida, nos explicó que debíamos introducir el dedo en el vaso para saber cuando el líquido ha alcanzado el borde, cosas de cajón que no lo son tanto cuando uno nunca se las ha cuestionado.
El menú se pide en el lounge a la entrada del comedor, sin embargo, está descrito de tal forma que no es posible saber con exactitud qué vamos a comer, solo si es un menú de carne, de pescado o vegetariano. Las descripciones son muy divertidas, como Crema de una verdura plantada mucho antes de que la patata se extendiera por el mundo aderezada con hierbas salvajes hace mucho tiempo olvidadas o Si hubiera luz podría describirse como un blanco italiano suave sobre un verde español fresco con aromáticas solanáceas nocturnas rojas.
A partir de aquí lo único que hay que hacer es relajarse y disfrutar con los cuatro sentidos de la comida y de la estancia en el restaurante en presencia de otros comensales, que los había, aunque nunca sabremos cuántos. Durante la cena surgieron muchas situaciones que uno no se cuestiona nunca, como por ejemplo ¿me he acabado el plato ya? Y situaciones divertidas como cuando mi madre quiso probar lo que estaba tomando mi amigo A. y le dejó sin postre al llevarse, sin verlo (y pensemos que sin intención), todo el contenido de un cucharazo.
Normalmente soy un desastre con la comida, pocas hay en las que no acabe pringada por alguna parte, en esta ocasión, y probablemente porque uno se concentra en lo que hace, superé la cena sin ninguna mancha en la ropa. La verdad es que no recuerdo ni lo que comí, estaba bueno, pero con tanta emoción, la cosa pasó a un segundo plano. Si tenéis oportunidad de probar algo así en vuestra ciudad, os lo recomiendo, siempre es una experiencia interesante el ponerse en la piel de otros.
Esa dirección si que me gustaría tenerla. Pensamos viajar a Berlín, seguramente pronto lo haremos y me encantría pasar por ese cúmulo de sensaciones. Me encanta descubrir cosas y esta es una verdadera novedad. Super interesante.
ResponderEliminarBesos
Aquí en Montreal tenemos uno de esos restaurantes "Dans le noir", y monsieur M. hace ya tiempo que tiene curiosidad por ir. Aunque, pensándolo bien, también tiene curiosidad por ir a otro restaurante de tema medieval (ya sabes, cordero asado sin cubiertos, exhuberantes mesoneras hablando en francés medieval y groseros comensales pellizcándolas, las manos de llenas de muslo de pollo)... no sé, no quiero crear un precedente... me gustan el tofu y el siglo XXI, con su feminismo...
ResponderEliminar:-D
ja! ja! el otro día vi un capítulo de alguna serie estilo csi, que salía este tipo de restaurante! uf!! pasaba de todo!!
ResponderEliminarSupongo que la experiencia vale la pena!
Besitos
Ja ja ja!
ResponderEliminarYo como Ivana! En cuanto lo he leído me ha venido CSI a la cabeza! Comparando con al serie, el robo del postre no es nada..
Besos!
Ni idea de que existieran restaurantes así, pero me parece super interesantes...siempre he pensado que de todo lo que te saque de tu "seguridad" y coloque (o descoloque) en situaciones nuevas y desconocidas, se aprende. Me lo apunto ;).
ResponderEliminarKako, si pinchas en el enlace que he puesto o en la foto vas a la web del restaurante donde puedes encontrar la dirección y cómo llegar hasta allí. No es un restaurante muy barato pero la experiencia merece la pena.
ResponderEliminarArantza, hm, pues el medieval suena también interesante aunque por la idea que me he hecho de monsieur M., según has ido comentando y respecto al tema feminismo, creo que puede traumatizarle. Como aclaraste una vez tú, al igual que servidora, naciste en la España del destape, me suena todo a peli de Pajares.
Ivana y Marilú, vaya, me falta la referencia, no he llegado a ver nunca un capítulo de esa serie! Hay que ver la de cosas que un post puede traer a la cabeza :-D
Mònica, pues existen, de hecho, en Berlín hay dos diferentes, este que explico y otro, más en plan para ir a ligar. Los dos tienen también teatro en la oscuridad. Creo que en Madrid también hay uno y me suena que en Barcelona también
Huy!! A mí que me gusta ver lo que como, no sé no sé.
ResponderEliminarHola Noema, yo lo recuerdo como una experiencia muy interesante, pero un poco agobiante al principio, despues fue muy divertido, tengo a mis amistades aburridas de contarles la "aventura" Besos
ResponderEliminarYo tengo entendido que hay un par de restaurantes en España que hacen este tipo de experimentos. Y digo experimentos por que muchos de los que han ido dicen que a veces se es incapaz de reconocer alimentos que estamos cansados de comer en nuestras mesas, solo por el gusto. Curioso, no?
ResponderEliminarMe parece una experiencia divertida y que a la vez, como tú bien dices, te hace ponerte en la piel de personas que cuando salen del restaurante siguen en la más absoluta oscuridad.
Besitos sin gluten
Muy buena idea... sería sin duda una buena experiencia probar algo similar...
ResponderEliminarUn saludo...
AMIGO "A"
ResponderEliminar¡Ay,Ay,Ay! ¡Cuántos recuerdos!. No me acordaba del momento en el que tu madre efectivamente me hurtó el 95 % de mi sabroso postre, amparándose según ella en la atenuante de "nocturnidad"...
¡ Menudo sorpresón nos llevamos aquél día los tres con aquella nueva propuesta!. Fue algo indescriptible. Coincido contigo que fue tal la saturación estimular, que al final apenas pude concentrarme en los sabores del plato o en lo que de veras te estabas llevando a la boca". Nunca una oscuridad fue tan "oscura y lóbrega". Negro mate total. Y claro, las retinas al principio tardan en acostumbrarse.
¡Menudo regalazo me hiciste aquel día!. Recuerdo que luego repetí en otra ocasión con mis amigos José y Julián cuando estuvieron de visita...(pero esa es otra historia, jjeje..aquel día percibimos hasta sexo en otra mesa..ja ja ja...)
¡Guau, qué recuerdos NOE!
Un besazo guapísima.
Noema, pues cuando volvamos a Berlín nos acompañaras a comer o cenar? es que a Kike y a mi, con lo torpes que somos y encima si entender papa de aleman... pareceriamos dos tontos muy tontos.
ResponderEliminarMe encantan estas experiencias!
Es la primera vez que oigo sobre la existencia de estos restaurantes y lo encuentro increíble porque creo que comemos por los ojos, así que si anulamos ese sentido, la percepción debe ser muy distinta, dejamos todo el protagonismo justamente a los sentido más relacionados con la comida,así que supongo el olfato y el gusto debe incrementarse.Muy interesante Noema, as always.
ResponderEliminardios, ¡¡¡¡me he agobiado sólo de pensarlo!!!! Es que soy claustrofóbica perdida, y estar completamente a oscuras es como estar encerrada en una caja, ¡no lo puedo soportar! A parte de eso, no sé, a mi me gusta ver la comida, me parece también parte de su gracia... pero supongo que si no fuera a agobiarme quizá lo probaría.
ResponderEliminarUn beso.
Yo lo había leído en alguna guía... pero no sé... me da como cosa, ¿no? Seguro que es una experiencia interesante, pero con mi sentido de la orientación nulo y mi despiste crónico, fijo que acabaría echando sal al café y azúcar a la ensalada. Lo que sí es seguro es que es todo un entrenamiento para nuestros olvidados sentidos del olfato y el gusto, pobre.:)
ResponderEliminarNo había escuchado sobre estos restaurantes, me encantaría vivir una experiencia así...
ResponderEliminarMuy interesante tu post, ¡Gracias!
En España hay algún local que hace esto. Y al leer tu crónica, nos has recordado a una película donde se comía a ciegas y los camareros también eran invidentes.
ResponderEliminarCurioso, muy curioso, y además por lo que nos cuentas una buena manera de saborera con los cuatro sentidos.
Besotes
Ana y Víctor.
Noema, felicitarte por tus ultimos post, he echado un ratillo de lo mas agradable.
ResponderEliminarEnhorabuena!!!
Perdonad la tardanza en contestar, me he dormido en los laureles...
ResponderEliminarMaría, a mí también me gusta ver lo que como, pero probar experiencias nuevas también :-D
Teresu, pues diles a tus amistades que ahora la aventura la pueden leer, jeje. Besos
Zerogluten, en este restaurante, a la salida, te dicen lo que has comido si quieres, realmente hay cosas que fui incapaz de identificar, da que pensar!
delokos, yo no dejo de recomendársela a todo el mundo
Amigo "A", cuéntanos, cuéntanos cómo fue esa segunda experiencia... ahora nos vas a dejar con las ganas (de saber más ;-)
Vermellos, venga, va! Cita fijada :-D
CRIS, thank you CRIS, busca un poco porque creo que algo hay por Barcelona, pruebas y nos cuentas :-D
Ajonjoli, con claustrofobia quizás es desagradable, no sé, pero piensa que mucha gente no tiene elección.
Marona, estoy segura de que no meterías la pata, como dije soy un desastre en las comidas, pero en este sitio nada, ni una mancha en la camisa, y precisamente por eso, porque te concentras tanto en el resto de sentidos que es difícil meter la pata, sería interesante, una "terapia" para despistados!
sol, pues ahora que sabes de su existencia, busca uno cerca de donde vivas, seguro que algo sale :-D
Ana y Víctor, ¿sabéis dónde está este restaurante o restaurantes en España? Sería interesante saberlo.
Hola Su, me alegro haber entretenido un ratillo de tu vida, jeje.
Bueno, pues como siempre, muchas gracias por todos vuestros comentarios y por pasaros por aquí. Un abrazo.