El ruibarbo y yo empezamos con mal pie y hemos procurado evitarnos desde entonces. Pero estas cosas son así y no pueden planearse, así que hemos vuelto a encontrarnos muchas veces y, casi por obligación, decidimos darnos otra oportunidad.
Empezamos mal porque los tallos de ruibarbo común, la única parte comestible de esta planta, son demasiado ácidos para mis papilas gustativas. Hay un dicho popular alemán que dice Sauer macht lustig (algo así como el ácido te pone jocoso), no sé, será por la cara de vinagre que se te pone, y jocoso pone más bien a los que están a tu alrededor, diría yo.
El caso es que leyendo un poco sobre esta planta he descubierto un montón de cosas interesantes, una de las que más me han gustado ha sido su etimología, al parecer las palabras 'ruibarbo' y 'bárbaro' tienen el mismo origen, la palabra griega "barbaros" o extranjero, lo que ha despertado en mí un sentimiento de empatía por la planta. Primer paso en nuestra reconciliación.
Este año, al volver a empezar la temporada de esta bárbara verdura, decidí hacer algo para ver si nuestro desafortunado inicio tenía salvación. Alguien me recomendó hacerle muchos mimos y ponerle mucho azuquitar y, leyendo y leyendo para tener más información... (el siguente paso) descubrí algún que otro consejo más: si pelamos los tallos, los cortamos y los escaldamos inmediatamente perderán bastante acidez (aunque también el bonito color rosado que los caracteriza) pero no las vitaminas y si, además, al hervirlos lo hacemos en zumo de naranja o de piña, tomarán el azúcar de la fruta sin necesidad de añadir más azúcar. Espero que el pobre no me lo tome a mal porque el resultado ha sido realmente sorprendente. Para celebrarlo decidí probar suerte con unos pies o tartaletas de ruibarbo.
El caso es que leyendo un poco sobre esta planta he descubierto un montón de cosas interesantes, una de las que más me han gustado ha sido su etimología, al parecer las palabras 'ruibarbo' y 'bárbaro' tienen el mismo origen, la palabra griega "barbaros" o extranjero, lo que ha despertado en mí un sentimiento de empatía por la planta. Primer paso en nuestra reconciliación.
Este año, al volver a empezar la temporada de esta bárbara verdura, decidí hacer algo para ver si nuestro desafortunado inicio tenía salvación. Alguien me recomendó hacerle muchos mimos y ponerle mucho azuquitar y, leyendo y leyendo para tener más información... (el siguente paso) descubrí algún que otro consejo más: si pelamos los tallos, los cortamos y los escaldamos inmediatamente perderán bastante acidez (aunque también el bonito color rosado que los caracteriza) pero no las vitaminas y si, además, al hervirlos lo hacemos en zumo de naranja o de piña, tomarán el azúcar de la fruta sin necesidad de añadir más azúcar. Espero que el pobre no me lo tome a mal porque el resultado ha sido realmente sorprendente. Para celebrarlo decidí probar suerte con unos pies o tartaletas de ruibarbo.
Ingredientes
Para la compota del relleno:
750 g ruibarbo
125 ml zumo de naranja o piña
una cucharada de azúcar de palma o panela
Para la masa:
250 g harina
150 g mantequilla fría
2 cucharadas de azúcar
1 pizca de sal
Opcional: crema pastelera, natillas o alguna crema con leche.
Elaboración
Compota de ruibarbo: Pelar los tallos de ruibarbo, cortar y escaldar pasándolos después por agua muy fría con hielo. Tirar el agua y dejar escurrir. Poner a calentar el zumo de naranja o de piña (lo ideal es zumo recién exprimido) y añadir los tallos de ruibarbo y el azúcar de palma o panela. Dejar que haga chop-chop unos 10 minutos o hasta que los tallos estén tiernos (realmente se hacen muy rápido), retirar del fuego y dejar enfriar.
Para la compota del relleno:
750 g ruibarbo
125 ml zumo de naranja o piña
una cucharada de azúcar de palma o panela
Para la masa:
250 g harina
150 g mantequilla fría
2 cucharadas de azúcar
1 pizca de sal
Opcional: crema pastelera, natillas o alguna crema con leche.
Elaboración
Compota de ruibarbo: Pelar los tallos de ruibarbo, cortar y escaldar pasándolos después por agua muy fría con hielo. Tirar el agua y dejar escurrir. Poner a calentar el zumo de naranja o de piña (lo ideal es zumo recién exprimido) y añadir los tallos de ruibarbo y el azúcar de palma o panela. Dejar que haga chop-chop unos 10 minutos o hasta que los tallos estén tiernos (realmente se hacen muy rápido), retirar del fuego y dejar enfriar.
Tartaletas de ruibarbo: Preparar una masa quebrada con la harina, el azúcar y la mantequilla fría cortada en trozos. Amasar bien hasta que quede uniforme, cubrir y meter en la nevera durante al menos una hora. Transcurrido este tiempo extender con el rodillo y forrar los moldes para las tartaletas. Pinchar la base con un tenedor y rellenar a gusto con la comporta de ruibarbo y, si se quiere, con crema pastelera. Yo hice dos diferentes, la mitad de las tartaletas sólo con ruibarbo y la otra mitad con crema (utilicé una lata de custard que tenía por casa) y la compota de ruibarbo por encima.
El resultado me ha convencido ya que apenas llevaba azúcar añadido y no estaba tan ácido como había probado otras veces, sin embargo, y voy a ser muy sincera, ¡sigue sin gustarme el ruibarbo!
La cuestión que me tiene ahora a mí preocupada es si, en un intento de entendernos (más bien de que me guste a mí), ¿no habré yo manipulado mucho al pobre ruibarbo, y con eso de que es bárbaro me he creído yo en superioridad para "civilizarlo" y poder de esta forma integrarlo a la fuerza en mi receta? En fin, al menos creo que ahora estamos de acuerdo en una cosa y es: que no estamos de acuerdo. También es un logro, ¿no?
El resultado me ha convencido ya que apenas llevaba azúcar añadido y no estaba tan ácido como había probado otras veces, sin embargo, y voy a ser muy sincera, ¡sigue sin gustarme el ruibarbo!
La cuestión que me tiene ahora a mí preocupada es si, en un intento de entendernos (más bien de que me guste a mí), ¿no habré yo manipulado mucho al pobre ruibarbo, y con eso de que es bárbaro me he creído yo en superioridad para "civilizarlo" y poder de esta forma integrarlo a la fuerza en mi receta? En fin, al menos creo que ahora estamos de acuerdo en una cosa y es: que no estamos de acuerdo. También es un logro, ¿no?
¡Jaja! Lo que pasa es que al ruibarbo hay que quererlo como es él, acidillo, que se te ponga carita de limón al comerlo XD
ResponderEliminarYo también lo estoy descubriendo y creo que voy a acabar con las reservas de azúcar de todo el pueblo... A ver si algún día me sale algo aparente y lo cuelgo en el blog.
Ves, mujer, como no es para tanto... con azuquita y mucho amor todo se consigue :D. Prueba también a mezclarlo con frutas menos ácidas, como las fresas. La startaletas tienen muy buena pinta :)
ResponderEliminarVaya...imagino la cara al probarlo...pero ya sabes que a veces las grandes amistades tardan en fraguar.
ResponderEliminarYo te propongo que vayas por lo sencillo: un crumble. Todo el mundo que prueba el crumble de ruibarbo lo adora. Puedes empezar poniendo mucho custard y poco crumble...y acabar al revés.
http://iban.com.es/tequedasacenar/?p=197
Harina, azúcar,mantequilla y ruibarbo ¿quién da más? En lo que se calienta el horno haces las migas con la harina, mantequilla y azúcar (frotando con las manos) y lavas y picas el ruibarbo, se hace relativamente rápido y es delicioso. Hay que esperar bien a que empiece a supurar sus jugos acaramelados por las esquinas de la corteza. De este modo no resulta tan ácido (y tampoco lleva demasiado azúcar).
Suerte!!
(¿Cómo es eso de que Dios da pan a quien no tiene dientes?, en casa llevamos semanas suspirando por un rhubarb crumble!)
Je, je, acabo de escribir una entrada justamente sobre el crumble de ruibarbo y fresas que hice este domingo pasado... tardará unos días en aparecer, pero Ibán tiene razón: es una de las recetas más fáciles y más agradecidas que se pueden hacer con ruibarbo. Y efectivamente, asociado a las fresas pierde mucha acidez... aunque a mí me gusta precisamente por eso : "tangy and tart" ;-)
ResponderEliminarPara mi el ruibarbo pertenece a la literatura juvenil, donde siempre aparecía, si mal no recuerdo, en las novelas de Enid Blyton...
ResponderEliminarPues no he probado nunca el ruibarbo. No tengo ni idea de dónde se puede encontrar. Me tienta mucho porque hay cantidad de recetas en libros con ese producto. Probaré en el mercado de la Boquería en Barcelona, a ver si hay suerte con la compra y con tu receta. Saludos.
ResponderEliminarcanela
En serio... no sigáis posteando sobre el ruibarbo, me vais a matar de envidia (0:
ResponderEliminarSaludos muy envidiosos
con Ka, no, si al final he aprendido a quererlo, de eso se trataba, no me gusta pero me cae muy bien el chaval, jeje. Prueba a hervirlo en zumo de naranja, apenas necesitas azúcar después, ya verás.
ResponderEliminarMarona, pues no, sólo se trataba de conocerlo un poco más de cerca y como ya le he dicho a con Ka, nos llevamos bien ya.
Ibán, si había comprado el custard sólo para él, para mimarlo, pero sí, será que el dios ése que dices reparte mal las cosas por el mundo. :-P
Arantza, a ver, a ver, ese crumble cuando nos lo pones...
Mar, ¡qué bueno! esas cosas que aparecían en libros con los que hemos crecido y que no sabíamos a veces ni lo que eran.
canela, la verdad es que yo nunca lo había visto antes en España. Como habrás visto muchos de los aquí presentes expertos del ruibarbo recomiendan el crumble para empezar. Ya nos contarás.
Ch, es que está de temporada, mujer, pero tranquila que, al menos en Alemania, acaba en junio y dejaremos el ruibarbo en paz hasta el año que viene.
SALUDOS y HASTA PRONTO
Tengo un vago recuerdo del ruibarbo servido caliente con una capa de nata montada en una cena de Navidad en Inglaterra hace la friolera de treinta años. Llevo mucho tiempo intentando localizarlo por la red (incluso enlatado) sin exito. Ruego información de dónde conseguirlo.
ResponderEliminarMacarena, perdona la tardanza en contestar, pero como se suele decir, más vale tarde que nunca ;-D
ResponderEliminarEn Alemania el ruibarbo está de temporada entre mayo y junio, después prácticamente no se encuentra. Tampoco puedo decirte si lo hay enlatado, yo no lo conozco aquí, pero como tampoco sé desde dónde me escribes exactamente, no sé cómo será allá donde vives. Pregunta en tu frutería-verdulería, a lo mejor ellos te saben decir.
Un abrazo :-D