Bueno, pues las cerezas llegaron y con las mismas se volvieron a ir. Afortunadamente, por esta zona se dan muy bien, y afortunados nosotros que hemos heredado toda una plantación de cerezos. ¿Recordáis las conservas de frutas que os enseñé nada más mudarme? Pues mirad, ¡estas ya son mías!
Estoy como unas castañuelas, y no solo porque tengo mis primeras reservas para el invierno, sino porque creo que he descubierto mi vocación verdadera: hacer conservas. Qué satisfacción recoger la fruta del árbol, prepararla y guardarla en tarros, madre mía. Debe de ser el instinto ese prehistórico recolector que llevamos dentro.
El caso es que llevaba semanas leyendo sobre conservas, acumulando botes y pensando cómo prepararlas. En una de las muchas revistas que hojeé, me encontré con un cachivache para preparar las conservas. Uno de esos que lleva todas las de convertirse en un pongo. Estaba ya a dos clics de comprármelo cuando llama mi suegra para decirme que me va a dejar un cacharro que tiene para hacer conservas. ¡Si no es suerte la mía! El cacharro en cuestión es este de la foto, no es nada imprescindible, naturalmente, pero cómodo sí que es cuando tienes unos cuantos botes. Los metes, pones el agua, ajustas la temperatura y el tiempo exactos y te desentiendes.
Al final, la mayoría de las cerezas se ha ido para la receta más fácil, la de cerezas enteras en conserva. He utilizado dos tipos de frutos, las rojas oscuras (foto de arriba) y las que aquí llaman de cristal, más claras (foto de abajo). Las dos son cerezas muy dulces.
Y ya que estamos, dato curioso (y bastante inútil) sobre los botes de la marca Weck: en Alemania se usa el verbo "einwecken" con el significado de hacer conservas. Es un término de esos genéricos que viene en realidad de la marca de los botes Weck, sería algo así como "enweckar", porque parece ser que este señor, Herr Weck, fue de los primeros en comercializar estos envases patentados para hacer conservas.
Bueno, que me lío. Vamos a la receta que tengo para hacer las conservas de frutas como las hacen por aquí.
Ingredientes
Cerezas
Agua azucarada: 300 g de azúcar por cada litro de agua
Por ejemplo, para unos 8 botes de 500 ml yo necesité las siguientes cantidades:
2 kg de cerezas
600 g de azúcar
2 l de agua
vaina de vainilla (opcional)
Elaboración
Preparamos el agua azucarada calentando el agua, sin que hierva, hasta que se disuelva el azúcar. Retiramos del fuego y dejamos enfriar. Mientras lavamos y limpiamos las cerezas (yo las dejo con hueso, pero si queréis daros el trabajo ahora, también las podéis envasar deshuesadas). Esterilizamos los botes. Para mí la forma más fácil es metiéndolos en el horno a 160 °C durante 10 minutos. Cuando hayan enfriado algo, metemos las cerezas, llenando bien los botes. Echamos el agua azucarada y llenamos hasta aprox. 1 cm del borde. Cerramos los botes y los ponemos dentro de una cazuela grande con una rejilla en el fondo para que no estén directamente en contacto con la base. Llenamos de agua hasta que cubra 3/4 partes* de los envases y cocemos a unos 80 °C (sin que hierva) durante unos 25 minutos. Apagamos el fuego y dejamos enfriar dentro. Antes de almacenar en un sitio fresco y oscuro, comprobar que se haya hecho el vacío correctamente, solo así podemos garantizar una conservación larga (de 8 meses a un año). Antes de abrir, dejar reposar al menos tres semanas.
*Los botes comprados suelen traer las instrucciones de cocción, según sean de cierre con goma, de rosca, etc. La temperatura y el tiempo de cocción dependerán del tipo de conserva que vayamos a hacer.
En un par de botes metí media vaina de vainilla abierta, a ver. Ahora solo queda esperar. ¡Hala, a hacer conservas!