martes, 1 de julio de 2014

Envasando el verano

Bueno, pues las cerezas llegaron y con las mismas se volvieron a ir. Afortunadamente, por esta zona se dan muy bien, y afortunados nosotros que hemos heredado toda una plantación de cerezos. ¿Recordáis las conservas de frutas que os enseñé nada más mudarme? Pues mirad, ¡estas ya son mías!


Estoy como unas castañuelas, y no solo porque tengo mis primeras reservas para el invierno, sino porque creo que he descubierto mi vocación verdadera: hacer conservas. Qué satisfacción recoger la fruta del árbol, prepararla y guardarla en tarros, madre mía. Debe de ser el instinto ese prehistórico recolector que llevamos dentro.


El caso es que llevaba semanas leyendo sobre conservas, acumulando botes y pensando cómo prepararlas. En una de las muchas revistas que hojeé, me encontré con un cachivache para preparar las conservas. Uno de esos que lleva todas las de convertirse en un pongo. Estaba ya a dos clics de comprármelo cuando llama mi suegra para decirme que me va a dejar un cacharro que tiene para hacer conservas. ¡Si no es suerte la mía! El cacharro en cuestión es este de la foto, no es nada imprescindible, naturalmente, pero cómodo sí que es cuando tienes unos cuantos botes. Los metes, pones el agua, ajustas la temperatura y el tiempo exactos y te desentiendes.


Al final, la mayoría de las cerezas se ha ido para la receta más fácil, la de cerezas enteras en conserva. He utilizado dos tipos de frutos, las rojas oscuras (foto de arriba) y las que aquí llaman de cristal, más claras (foto de abajo). Las dos son cerezas muy dulces.


Y ya que estamos, dato curioso (y bastante inútil) sobre los botes de la marca Weck: en Alemania se usa el verbo "einwecken" con el significado de hacer conservas. Es un término de esos genéricos que viene en realidad de la marca de los botes Weck, sería algo así como "enweckar", porque parece ser que este señor, Herr Weck, fue de los primeros en comercializar estos envases patentados para hacer conservas.


Bueno, que me lío. Vamos a la receta que tengo para hacer las conservas de frutas como las hacen por aquí.

Ingredientes
Cerezas
Agua azucarada: 300 g de azúcar por cada litro de agua

Por ejemplo, para unos 8 botes de 500 ml yo necesité las siguientes cantidades:
2 kg de cerezas
600 g de azúcar
2 l de agua
vaina de vainilla (opcional)

Elaboración
Preparamos el agua azucarada calentando el agua, sin que hierva, hasta que se disuelva el azúcar. Retiramos del fuego y dejamos enfriar. Mientras lavamos y limpiamos las cerezas (yo las dejo con hueso, pero si queréis daros el trabajo ahora, también las podéis envasar deshuesadas). Esterilizamos los botes. Para mí la forma más fácil es metiéndolos en el horno a 160 °C durante 10 minutos. Cuando hayan enfriado algo, metemos las cerezas, llenando bien los botes. Echamos el agua azucarada y llenamos hasta aprox. 1 cm del borde. Cerramos los botes y los ponemos dentro de una cazuela grande con una rejilla en el fondo para que no estén directamente en contacto con la base. Llenamos de agua hasta que cubra 3/4 partes* de los envases y cocemos a unos 80 °C (sin que hierva) durante unos 25 minutos. Apagamos el fuego y dejamos enfriar dentro. Antes de almacenar en un sitio fresco y oscuro, comprobar que se haya hecho el vacío correctamente, solo así podemos garantizar una conservación larga (de 8 meses a un año). Antes de abrir, dejar reposar al menos tres semanas.

*Los botes comprados suelen traer las instrucciones de cocción, según sean de cierre con goma, de rosca, etc. La temperatura y el tiempo de cocción dependerán del tipo de conserva que vayamos a hacer.

En un par de botes metí media vaina de vainilla abierta, a ver. Ahora solo queda esperar. ¡Hala, a hacer conservas!

miércoles, 11 de junio de 2014

CSI: Caso #4 - La receta perpetrada

Podría haber sido el crimen perfecto si no fuera por el estupendo equipo de investigación culinaria CSI, ¡equipo con el que el secuestrador no contaba! Después de analizar detenidamente las pruebas aquí y aquí, nuestras investigadoras daban sin problemas con la receta perpetrada tras el secuestro de la coliflor. Con ello, ¡el cuarto caso queda también resuelto!

Se trataba de una ensalada de coliflor. Está claro que el secuestrador sacó la receta de este tabule de coliflor. Yo no le he querido llamar así porque, como debería ser en un buen tabule, aquí no predomina el verde de las hierbas frescas sino el blanco. Y porque, las cosas como son, sin bulgur como que no es un tabule.


Víctimas
1 cabeza de coliflor mediana
1 ramillete de menta fresca
1 ramillete de perejil
1 ramillete de cebollino
2 tomates medianos
2 cucharadas de aceitunas negras deshuesadas y picadas
el zumo de 1 limón
4 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharadita de vinagre de vino
1 cucharadita de cúrcuma en polvo
sal y pimienta

Modus Operandi
Después de llevarse la cabeza de la coliflor, el secuestrador la torturó en crudo pasándola por el rallador de queso. No satisfecho con ello, también ralló las partes más blancas  de los tallos, como indican los trozos que envió con la carta anónima. Para ocultar el hecho, picó también muy finas las hierbas, la menta, el perejil y el cebollino, que mezcló con la coliflor rallada.


A esta mezcla siguió añadiéndole trozos de otras víctimas, como los tomates muy picados y las aceitunas. Para agravar su delito, aliñó la mezcla con el líquido ácido resultante de combinar el zumo de limón, el aceite de oliva, el vinagre, la cúrcuma, la sal y pimienta.

Un crimen que no dejará indiferente a muchos después de probar la coliflor cruda rallada.

Ver la reconstrucción del crimen para imprimir

sábado, 7 de junio de 2014

CSI: Culinary Scene Investigation - Caso #4

Era cuestión de tiempo, pero tarde o temprano tenía que volver a ocurrir. Aquí os traigo el cuarto caso de la serie CSI: Culinary Scene Investigation, la investigación de la escena del crimen culinario.
Porque en el campo también se comenten crímenes culinarios, sobre todo ahora, con la llegada del buen tiempo. Y está claro que las altas temperaturas han propiciado la ejecución de este grave delito.
Esta es la nota que me encontré al llegar a la escena del crimen. Vuelvo a necesitar vuestra ayuda para resolver el caso y encontrar las partes perdidas de la receta perpetrada.


Vuestras teorías, como siempre, en los comentarios. A ver si en una semana hemos conseguido cerrar el caso.

sábado, 24 de mayo de 2014

La huerta

Como soy una bocazas y dije que hablaría de la huerta, muchos me habéis preguntado ya por ella. La cuestión es que estaba esperando a que estuviera un poco más avanzada para poder fardar de ella (que de eso va la cosa, ya sabéis ;), pero como veo que eso va a llevar su tiempo, aquí está la primera actualización sobre el estado de la cuestión. Espero que satisfaga vuestro voyeurismo y, claro está, mi creciente exhibicionismo.

Las fresas, urbanas como yo, pero que parece que tampoco llevan mal el cambio de aires después de haberme acompañado los últimos años en un macetero de mi antiguo balcón berlinés [suspiro].


Las judías verdes que me dio mi madre, hijas de las que tiene ella en su huerta cántabra. Estas me hacen especial ilusión, si no se las comen antes las babosas (o lumiacos para los entendidos).


Los tomates esperando a ser trasplantados. Los tomates me dan un poco de miedo porque, según lo que he aprendido hasta ahora, son bastante sensibles al agua. Pero estos me los ha dado una vecina rusa, que a su vez los ha traído de su pueblo en Siberia. Vamos, que si no me sobreviven unos tomates siberianos, creo que mejor dejo lo de los tomates.


Las acelgas rojas, ahí van. Confieso que las he plantado por el color


Y las hierbas aromáticas, estas van como locas, me parece que no me tengo que preocupar mucho por ellas.


Además de mi pequeño huerto, hemos heredado bastantes árboles frutales, y yo ya estoy empezando a soñar con tartas de cerezas...


...de manzana...


...ciruelas...


...y conservas de membrillo... ¡ilusión anticipada!


De momento, mientras espero los manjares de mi huerta, pruebo recetas para mi futura, y espero que abundante, cosecha :)
Como esta torta provenzal de acelgas de nuestra experta hortelana Ajonjolí.

domingo, 4 de mayo de 2014

Eierschecke

«La tarta de huevo es un tipo de tarta que, para desgracia de la humanidad, ha permanecido completamente desconocida en el resto del planeta», se dice que afirmó Erich Kästner al hablar de esta tarta original de Dresde, su ciudad natal.

Después del Stollen de Navidad, probablemente la tarta de la que los sajones están más orgullosos. El origen de su nombre en alemán, Eierschecke (pronunciado algo así como "aiyacheque") no está documentado. A pesar de ello es muy común leer que viene de una prenda de vestir del s. XIV, un tipo de faldón masculino de tres piezas. Sin embargo, también hay un adjetivo en alemán "scheckig" que significa "manchado o con manchas". Cualquiera de las dos, o ninguna, podría tener sentido a la hora de describir esta tarta que se caracteriza por sus tres capas: una base de masa de levadura, un centro fino de crema de queso quark y su capa principal, la Schecke que da nombre a la tarta, una crema esponjosa de huevos y vainilla.

Aparecida a principios del s. XIX en Dresde, era esta una tarta de la clase burguesa, con ingredientes como el queso quark y los huevos, que solo las personas más pudientes se podían permitir. Hoy en día, la Eierschecke es una de las tartas más populares y características de Sajonia.

Punto 1 de mis propósitos de integración sajona:
- Aprender a hacer una Eierschecke ✔


Ingredientes (para un molde redondo de fondo desmoldable de unos Ø 28 cm):
Para masa de levadura:
175 g de harina de trigo
25 g de mantequilla
25 g de azúcar
10 g de levadura fresca de panadería
50 g de leche
1 huevo
1 pizca de sal
Para la crema de quark:
200 g de queso quark
30 g de mantequilla
30 g de azúcar
10 g de harina de trigo
10 g de pudding de vainilla en polvo (de sobre)*
20 g de leche
1 huevo
1 pizca de sal
1 cucharadita de zumo de limón
Para la crema de huevos:
350 ml de leche
175 g de mantequilla
175 g de azúcar
5 huevos
50 g de pudding de vainilla en polvo (de sobre)*
1 pizca de sal

*En Alemania venden unos sobres de pudding instantáneo de vainilla en polvo (ver foto). Creo que se podrían sustituir por otros como los sobres de crema catalana ya que tienen una consistencia similar. Cualquier sugerencia al respecto será bienvenida. ¡Gracias!


Preparación
Masa de levadura:
  1. Todos los ingredientes deberán estar a temperatura ambiente.
  2. Disolvemos la levadura en la leche templada y hacemos una masa blanda con la mitad de la harina. Esta masa deberá reposar 30 minutos. Cuando haya subido, añadiremos el resto de ingredientes y amasaremos bien. Cubrimos la masa con un paño y dejamos reposar otros 30 minutos.
NOTA: Deberá quedar una masa flexible pero que no se pegue a las manos. Si es necesario, corregir de agua o harina.

Crema de queso quark:
  1. Mientras reposa la masa anterior, derretimos la mantequilla y añadimos el resto de ingredientes: queso quark, azúcar, harina, pudding en polvo, leche y el huevo. Mezclamos hasta tener una crema homogénea. Añadimos entonces el zumo de limón y una pizca de sal.
  2. Volvemos ahora a la masa de levadura. La estiramos con un rodillo hasta más o menos el diámetro del molde. Engrasamos bien el molde con un poco de mantequilla y ponemos la masa como base, apretando los bordes para que no suban mucho. Pinchamos varias veces la masa con un tenedor para que se haga mejor. Ahora podemos añadir la crema de queso quark que repartimos bien por toda la superficie.
  3. Precalentamos el horno a 190 °C.
Crema de huevos:
  1. Separamos las claras de huevos de las yemas.
  2. Disolvemos el pudding en polvo en 75 ml de leche.
  3. En un cazo ponemos a hervir el resto de leche (275 ml) con 85 g de azúcar. Cuando hierva añadimos a la mezcla anterior, dejamos que hierva una vez más y retiramos entonces del fuego.
  4. Añadimos al pudding caliente la mantequilla y, poco a poco, las yemas de huevo, y removemos rápidamente para que no se cuajen.
  5. Montamos las claras a punto de nieve, a las que vamos incorporando poco a poco el azúcar restante. Ponemos una pizca de sal. Cuando el merengue esté firme, incorporamos la crema de pudding cuidadosamente y con movimientos envolventes.
  6. Pasamos la crema obtenida al molde e igualamos la superficie.
  7. Metemos en el horno y tenemos 20 minutos a 190°, después bajamos la temperatura y 160° y horneamos otros 20 (tiempo total de horneado 40 minutos).
  8. Dejamos enfriar y espolvoreamos con azúcar glasé.
    Esta tarta debe enfriar completamente por lo que recomiendo hacerla siempre para el día siguiente, cuando las tres masas han reposado bien. ¡Imprescindible servir con un café en la merendola!

    Ver receta para imprimir

    viernes, 18 de abril de 2014

    Curry de poscuaresma

    Esto es el desenfreno, dos entradas seguidas en menos de una semana. Pero es que hay recetas que necesitan ver la luz del día de inmediato, antes de que acaben perdidas por los abismos de la memoria RAM (que nada tiene que ver con la leche).

    Poscuaresmal por si os quedan restos de pescado desperdigados por el congelador. Aunque a ver, ¡que levante la mano el que haya ayunado durante la Cuaresma! No sé si os sorprenderá, que sé que mis lectores sois gente de mundo, pero por Alemania el ayuno cuaresmal es una cosa que practican muchas, pero muchas personas, de todas las edades, con más o menos creencias religiosas, esto último es casi secundario. La carne es naturalmente el producto vetado por excelencia, pero son muchos los que además se han pasado las últimas semanas renunciando al chocolate, a los dulces o al alcohol.

    Así que antes de volver a lanzarnos a las salchichas, aquí queda esta receta poslocura: sopa de pescado al curry.


    Ingredientes (para unas cuatro personas)
    400 g de patatas
    2 boniatos medianos
    150 g de judías verdes frescas
    2 zanahorias medianas
    125 g de salmón congelado
    100 g de gambas peladas congeladas
    1 l de caldo de pescado
    3 cucharadas de salsa de tomate
    1 diente de ajo
    3 o 4 tallos de cebolleta
    1 dado de jengibre fresco pelado
    1 cucharada de pasta de hierba limón (lemon grass)*
    1 cucharadita de granos de pimienta negra
    2 estrellas de anís estrellado
    1 cucharadita de eneldo
    1 cucharada de curry en polvo
    1 lima
    sal

    Preparación
    1. En un mortero machacamos la pimienta y el anís estrellado.
    2. Picamos finos el ajo, el jengibre y los tallos de cebolleta.
    3. Pelamos y chascamos las patatas, los boniatos y las zanahorias.
    4. Lavamos las judías verdes y les cortamos las puntas.
    5. Calentamos un poco de aceite en una olla y rehogamos unos minutos el ajo, el jengibre y la cebolleta. Añadimos la cucharada de curry y lo tostamos ligeramente. Añadimos las mezcla de especias del mortero. Incorporamos la salsa de tomate.
    6. Echamos los trozos de patata y boniato, la zanahoria, las judías verdes y disolvemos todo con el caldo de pescado. El caldo deberá cubrir bien todos los ingredientes. Si hace falta añadimos más caldo o un poco de agua.
    7. Subimos el fuego hasta que empiece a hervir. Entonces tapamos la cazuela, bajamos el fuego y tenemos unos 20 minutos hasta que la patata esté tierna.
    8. Apagamos, añadimos el eneldo y la pasta de hierba limón. Probamos y sazonamos a gusto. Entonces ponemos el salmón y las gambas y tapamos. El calor residual es suficiente para hacer el pescado.
    Recomendaciones:
    - A mí me gusta que la sopa sea más bien cremosa, por eso, antes de servir, saco unas cuantas patatas con algo de líquido y las trituro en la batidora. Este puré le da a la sopa una consistencia cremosa muy buena.
    - Se puede servir con unos trozos de lima, decora, y a los que les guste el toque ácido que se lo den.

    * O dos tallos de hierba limón fresca. Yo en Sajonia es lo que encontré, que ya es mucho. Si vosotros no encontráis alguno de los ingredientes raros, no pasa na. Aunque el que no debería faltar es el curry, lógicamente. Si faltara, cambiadle al menos el nombre a la receta, ¿vale?

    sábado, 12 de abril de 2014

    Una de huevos

    ¿Que qué hacen los alemanes cuando se acerca la Pascua? Pues sacar los huevos. De todos los tonos y colores. En Berlín también se veía, es una costumbre en todo el país, pero aquí en el pueblo no hay jardín que se precie que no esté adornado a estas alturas ya con los huevos de Pascua. Me he dado un paseo por los alrededores para enseñároslo.


    Normalmente cuando llega la época de poner los adornos de Pascua, la naturaleza todavía no ha explotado completamente, pero este año como el invierno no ha sido invierno, algunos brotes se han adelantado a la Pascua.



    Por esta zona destaca la tradición de los sorbios, o sorabos, de quienes os hablaba en la entrada anterior, por una decoración de los huevos con diferentes técnicas que resultan en un verdadero trabajo de filigrana.



    Como la cosa va de huevos, os dejo una receta de unos rellenos. Receta retro viejuna si me preguntáis, pero perfecta para la Pascua. Y ya que estamos, ¿por qué no esconder una sorpresa —una nuez o dátil, sin hueso por favor, no vayáis a desdentar al cuñado— en uno de los huevos y hacer que el que la encuentre, pues no sé, friegue los platos?

    Ea! Aquí van unos huevos rellenos con crema de brecamel.


    Ingredientes
    4 huevos
    1 brécol o brócoli
    100 g de queso fresco a las finas hierbas, o a las hierbas, punto
    1 lata (unos 150 g) de bonito en aceite
    2 cucharadas de kétchup
    2 cucharadas de mayonesa
    5 cucharadas de leche
    sal, pimienta y nuez moscada
    aceite de oliva
    Opcional: media nuez pelada o un dátil sin hueso

    Preparación
    • Limpiamos el brócoli y lo cocinamos 15 minutos al vapor. Cuando los tallos estén tiernos (se puede comprobar pinchando con un tenedor), lo sacamos y lo dejamos enfriar.
    • Mientras tanto preparamos el relleno retro-viejuno de bonito de lata con salsa de kétchup y mayonesa. Para ello sacamos el bonito a un bol, desmenuzamos bien y añadimos las exquisitas salsas de kétchup y mayonesa hasta obtener una mezcla a nuestro gusto.
    • Partimos los huevos cocidos por la mitad (a estas alturas no habrá que explicar cómo cocer un huevo, ¿no?) y sacamos las yemas que rallamos finas.
    • Para preparar la crema de brecamel, trituramos el brećol en un robot hasta obtener una pasta, o lo aplastamos con un tenedor, a conciencia, en su defecto. Después incorporamos la crema de queso a las finas hierbas y las cucharadas de leche. Estas un poco a ojo, dependerá de la humedad de la mezcla anterior, del queso utilizado, etc. Salpimentamos y añadimos una pizca de nuez moscada. Deberá quedarnos una crema tipo besamel.
    • En una fuente extendemos la crema de brecamel y vamos colocando las claras cocidas de huevo rellenas de la mezcla de bonito.
    • Finalmente adornamos con la ralladura de las yemas y podemos un hilo de aceite (o un chorretón, según la maña que nos demos)
    Et voilà ! Huevos rellenos para Pascua.

    sábado, 25 de enero de 2014

    La boda de las avecillas


    La víspera del 25 de enero los niños de Alta Lusacia (sip, aquí es donde vivo) colocan un plato en la ventana de casa o frente a la puerta, siguiendo una tradición sorbia conocida como "la boda de las avecillas" (Vogelhochzeit). Al amanecer, los platos estarán repletos de dulces y panecillos con forma de pájaro o de nidos. Así es como las aves agradecen el alimento que reciben durante el invierno, los granos que los humanos cuelgan en los árboles o ponen en las casitas para pájaros cuando los campos están cubiertos de nieve y es más difícil encontrar alimento.


    Me había propuesto preparar algunos de los dulces para este día, incluso iba a hacer un curso para aprender a hacerlos, pero el curso lo cancelaron por falta de participantes (es lo que tiene vivir en la tundra) y sin la cita programada a mí, como que se me fue el tiempo en otros menesteres. El caso es que no quería dejar pasar la ocasión sin enseñároslos, así que me he pasado por la panadería (¡único establecimiento del pueblo!) y he comprado algunos. Y de paso socializo un poco y los vecinos se van acostumbrando al acento raro de la nueva :D


    Los nidos de pájaro llevan una base de galleta, crema de mantequilla y cobertura de chocolate. Los pajarillos pueden ser de brioche, aunque también se hacen nidos o pájaros completamente de merengue. Y bueno, a ver si el año que viene ando más espabilada.