Podría haber sido el crimen perfecto si no fuera por el estupendo equipo de investigación culinaria CSI, ¡equipo con el que el secuestrador no contaba! Después de analizar detenidamente las pruebas aquí y aquí, nuestras investigadoras daban sin problemas con la receta perpetrada tras el secuestro de la coliflor. Con ello, ¡el cuarto caso queda también resuelto!
Se trataba de una ensalada de coliflor. Está claro que el secuestrador sacó la receta de este tabule de coliflor. Yo no le he querido llamar así porque, como debería ser en un buen tabule, aquí no predomina el verde de las hierbas frescas sino el blanco. Y porque, las cosas como son, sin bulgur como que no es un tabule.
Víctimas
1 cabeza de coliflor mediana
1 ramillete de menta fresca
1 ramillete de perejil
1 ramillete de cebollino
2 tomates medianos
2 cucharadas de aceitunas negras deshuesadas y picadas
el zumo de 1 limón
4 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharadita de vinagre de vino
1 cucharadita de cúrcuma en polvo
sal y pimienta
Modus Operandi
Después de llevarse la cabeza de la coliflor, el secuestrador la torturó en crudo pasándola por el rallador de queso. No satisfecho con ello, también ralló las partes más blancas de los tallos, como indican los trozos que envió con la carta anónima. Para ocultar el hecho, picó también muy finas las hierbas, la menta, el perejil y el cebollino, que mezcló con la coliflor rallada.
A esta mezcla siguió añadiéndole trozos de otras víctimas, como los tomates muy picados y las aceitunas. Para agravar su delito, aliñó la mezcla con el líquido ácido resultante de combinar el zumo de limón, el aceite de oliva, el vinagre, la cúrcuma, la sal y pimienta.
Un crimen que no dejará indiferente a muchos después de probar la coliflor cruda rallada.
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