¡Yuuuuuppi! Ya llegó la hora, llegó el Juego de Adviento y por fin podemos encender la primera vela de Adviento. ¿Falta alguien? ¿estamos todos? ¡Apretujaos un poco para que quepamos todos! ¿Preparados? ¡Pues vamos allá!
La primera historia nos lleva a la actual Turquía donde en el siglo IV vivió un hombre joven procedente de una familia adinerada que en seguida destacó por su carácter piadoso y generoso. Nuestro joven llegaría más tarde a ser obispo e incluso a ser santificado. Las leyendas y milagros que se le atribuyen son el origen de algunas de las costumbres navideñas que siguen celebrándose hoy en muchas partes del mundo.
Una de esas leyendas cuenta que, un día, a oídos de nuestro joven llegó la historia de un padre que no tenía suficiente dinero para pagar la dote de sus tres hijas, por lo que las jóvenes no podían contraer matrimonio, y estaban entonces condenadas (¡eran otros tiempos!) a un futuro incierto. Cuando nuestro joven se enteró de su situación, decidió ayudarlas. Al llegar la noche, y pretendiendo realizar la caridad sin ser visto, se acercó a la casa de las tres jóvenes, entró por la ventana y colocó unas monedas de oro dentro de unas medias de lana que colgaban para secar sobre la chimenea. De esta forma ayudó a las tres jóvenes casaderas proporcionándoles la dote con la que podrían casarse.
Se cree que de esta leyenda sobre la caridad del joven, más tarde conocido como San Nicolás de Bari (o Nicolás de Myra en Oriente), surgió la tradición navideña de dejar los calcetines o los zapatos preparados para los regalos. Este entrañable personaje, que en Holanda se llama Sinterklaas, fue llevado a los Estados Unidos por emigrantes holandeses donde, con el paso del tiempo, pasó a llamarse Santa Claus.
En Alemania San Nicolás es también muy popular y muy esperado por los niños que le conocen con el nombre de Heiliger Nikolaus. Hay también una noche al año, durante los días de Adviento, en la que Nicolás se pasa por las casas de los peques y, si se han portado bien ¡claro está!, les deja una bolsa con pequeños regalos, normalmente frutos secos, mandarinas, chocolate, galletas de especias y dulces navideños, pero...
Una de esas leyendas cuenta que, un día, a oídos de nuestro joven llegó la historia de un padre que no tenía suficiente dinero para pagar la dote de sus tres hijas, por lo que las jóvenes no podían contraer matrimonio, y estaban entonces condenadas (¡eran otros tiempos!) a un futuro incierto. Cuando nuestro joven se enteró de su situación, decidió ayudarlas. Al llegar la noche, y pretendiendo realizar la caridad sin ser visto, se acercó a la casa de las tres jóvenes, entró por la ventana y colocó unas monedas de oro dentro de unas medias de lana que colgaban para secar sobre la chimenea. De esta forma ayudó a las tres jóvenes casaderas proporcionándoles la dote con la que podrían casarse.
Se cree que de esta leyenda sobre la caridad del joven, más tarde conocido como San Nicolás de Bari (o Nicolás de Myra en Oriente), surgió la tradición navideña de dejar los calcetines o los zapatos preparados para los regalos. Este entrañable personaje, que en Holanda se llama Sinterklaas, fue llevado a los Estados Unidos por emigrantes holandeses donde, con el paso del tiempo, pasó a llamarse Santa Claus.
En Alemania San Nicolás es también muy popular y muy esperado por los niños que le conocen con el nombre de Heiliger Nikolaus. Hay también una noche al año, durante los días de Adviento, en la que Nicolás se pasa por las casas de los peques y, si se han portado bien ¡claro está!, les deja una bolsa con pequeños regalos, normalmente frutos secos, mandarinas, chocolate, galletas de especias y dulces navideños, pero...
¿Sabéis qué día es? ¿Cuándo se levantan en Alemania los niños ilusionados esperando encontrar los regalos de San Nicolás?
Y esta es la primera pregunta ¡qué fácil es! ¿no? Pero cuidado, no os dejéis llevar por otras tradiciones navideñas que he mencionado y que quizás son más conocidas en otros países. Si no tenéis la respuesta a mano, estoy segura de que buscando un poco la encontraréis. Podéis husmear también en alguno de los blogs de mis vecinos centroeuropeos, seguro que allí también encontráis alguna pista ;-D
Para enviar la respuesta tenéis tiempo hasta el 26 de diciembre. Por favor, enviad las cuatro respuestas al final en un sólo correo electrónico. Las normas del juego las podéis consultar aquí.
No os marchéis sin probar las galletas que he hecho para nuestro primer domingo de Adviento. A continuación os dejo también la receta.
Para enviar la respuesta tenéis tiempo hasta el 26 de diciembre. Por favor, enviad las cuatro respuestas al final en un sólo correo electrónico. Las normas del juego las podéis consultar aquí.
No os marchéis sin probar las galletas que he hecho para nuestro primer domingo de Adviento. A continuación os dejo también la receta.