domingo, 30 de noviembre de 2008

Juego # 1 - Primer Domingo de Adviento

¡Yuuuuuppi! Ya llegó la hora, llegó el Juego de Adviento y por fin podemos encender la primera vela de Adviento. ¿Falta alguien? ¿estamos todos? ¡Apretujaos un poco para que quepamos todos! ¿Preparados? ¡Pues vamos allá!

1. Advent

La primera historia nos lleva a la actual Turquía donde en el siglo IV vivió un hombre joven procedente de una familia adinerada que en seguida destacó por su carácter piadoso y generoso. Nuestro joven llegaría más tarde a ser obispo e incluso a ser santificado. Las leyendas y milagros que se le atribuyen son el origen de algunas de las costumbres navideñas que siguen celebrándose hoy en muchas partes del mundo.

Una de esas leyendas cuenta que, un día, a oídos de nuestro joven llegó la historia de un padre que no tenía suficiente dinero para pagar la dote de sus tres hijas, por lo que las jóvenes no podían contraer matrimonio, y estaban entonces condenadas (¡eran otros tiempos!) a un futuro incierto. Cuando nuestro joven se enteró de su situación, decidió ayudarlas. Al llegar la noche, y pretendiendo realizar la caridad sin ser visto, se acercó a la casa de las tres jóvenes, entró por la ventana y colocó unas monedas de oro dentro de unas medias de lana que colgaban para secar sobre la chimenea. De esta forma ayudó a las tres jóvenes casaderas proporcionándoles la dote con la que podrían casarse.

Se cree que de esta leyenda sobre la caridad del joven, más tarde conocido como San Nicolás de Bari (o Nicolás de Myra en Oriente), surgió la tradición navideña de dejar los calcetines o los zapatos preparados para los regalos. Este entrañable personaje, que en Holanda se llama Sinterklaas, fue llevado a los Estados Unidos por emigrantes holandeses donde, con el paso del tiempo, pasó a llamarse Santa Claus.

En Alemania San Nicolás es también muy popular y muy esperado por los niños que le conocen con el nombre de Heiliger Nikolaus. Hay también una noche al año, durante los días de Adviento, en la que Nicolás se pasa por las casas de los peques y, si se han portado bien ¡claro está!, les deja una bolsa con pequeños regalos, normalmente frutos secos, mandarinas, chocolate, galletas de especias y dulces navideños, pero...

¿Sabéis qué día es? ¿Cuándo se levantan en Alemania los niños ilusionados esperando encontrar los regalos de San Nicolás?

1. Advent

Y esta es la primera pregunta ¡qué fácil es! ¿no? Pero cuidado, no os dejéis llevar por otras tradiciones navideñas que he mencionado y que quizás son más conocidas en otros países. Si no tenéis la respuesta a mano, estoy segura de que buscando un poco la encontraréis. Podéis husmear también en alguno de los blogs de mis vecinos centroeuropeos, seguro que allí también encontráis alguna pista ;-D

Para enviar la respuesta tenéis tiempo hasta el 26 de diciembre. Por favor, enviad las cuatro respuestas al final en un sólo correo electrónico. Las normas del juego las podéis consultar aquí.

No os marchéis sin probar las galletas que he hecho para nuestro primer domingo de Adviento. A continuación os dejo también la receta.

Galletas para tiempos de especulación

Entre los dulces que los niños reciben el día de San Nicolás hay unas galletas de canela típicas de la época navideña: los Spekulatius, cuyo nombre, aunque hay varias teorías, dice el saber popular que hace referencia al mismo San Nicolás del que ya hemos hablado. Para la preparación de estas galletas, originarias de Bélgica, Holanda y de las regiones alemanas fronterizas de Renania y Westfalia, se usa un tipo de masa quebrada muy especiada con canela, clavo, cardamomo, nuez moscada y en Holanda también jengibre. Las galletas Spekulatius se caracterizan por las originales formas con relieves de escenas invernales y navideñas, entre ellas también, la figura de San Nicolás.


Spekulatius


Yo utilicé otros moldes que tengo, bastante más sencillos, y aunque las galletas Spekulatius de especias se caracterizan por sus formas también lo hacen por su sabor especiado, sobre el que predomina la canela, el sabor de la Navidad alemana. ¡Así que cualquier molde para galletas que tengáis vale! Era la primera vez que probaba esta receta y tengo que decir (hoy no voy a escatimar en vanidad ;-) que quedaron buenísimas. Además, podemos emplear la misma masa como base para diferentes galletas y adornarlas a gusto con frutos secos o diferentes coberturas, guardarlas después en una lata que nos guste y ¡ya tenemos un bonito regalo de Navidad! Económico y hecho con mucho cariño :-D

Ingredientes:
(Salieron dos bandejas de horno)
150 g azúcar - 125 g mantequilla - 1 huevo -250 g harina - una pizca de clavo molido - una pizca de cardamomo molido - una pizca de nuez moscada - 1/2 cucharilla de canela - un pizca de sal


Spekulatius

Spekulatius

Elaboración

Mezclar bien el azúcar con la mantequilla que habremos dejado unas horas a temperatura ambiente. Añadir el huevo y batir todo bien hasta obtener una crema. Añadir después las especias y la harina (menos un par de cucharadas que utilizaremos después para enharinar la superficie de trabajo y las galletas) y amasar bien. Hacer una bola, enharinar y dejar al menos una hora en la nevera, y si tenéis tiempo, toda la noche para que la masa se impregne bien de las especias (yo tuve que aplazar la elaboración y la tuve dos noches en la nevera, creo que el resultado fue aún mejor). Cuando haya reposado, espolvorear la superficie de trabajo con harina y extender la masa con el rodillo hasta que tenga un grosor de unos 4-5 mm. Cortar con las formas y moldes elegidos. Introducir en el horno precalentado a 200º C y cocer durante unos 10 minutos. Sacar y dejar enfriar (algo que requiere una gran fuerza de voluntad).
También podemos añadir a la base almendras laminadas que colocamos en la superficie sobre la que vamos a estirar la masa.

sábado, 22 de noviembre de 2008

El juego de Adviento

Desde finales de noviembre y hasta Navidad Alemania desprende aroma a galletas recién horneadas, a canela y a panes de especias. Es la época de la "Gemütlichkeit", del ambiente acogedor y de la luz de las velas, del frío en la calle y de los días más cortos del año. Es el período de Adviento que empieza cuatro domingos antes de la Nochebuena. Durante los domingos de Adviento es costumbre invitar a amigos y a familiares a tomar té o café y a comer dulces y galletas caseras.

Se atribuye a Johann Hinrich Wichern (1808–1881), teólogo protestante luterano y fundador del orfanato "Raue Haus" en Hamburgo, la creación en 1839 de un elemento hoy en día esencial en los hogares alemanes durante el tiempo de Adviento: la Corona de Adviento. Al acercarse la Navidad, los niños del orfanato "Raue Haus" no dejaban de preguntar ilusionados cuántos días quedaban para Nochebuena. Para que los niños pudieran contar los días, y amenizarles al mismo tiempo la espera, el teólogo construyó una corona especial: sobre una antigua rueda de madera colocó 19 velas rojas pequeñas y 4 velas blancas grandes. Al llegar el Adviento, los niños tenían que encender una vela pequeña cada día y una vela grande los domingos.

Adventskranz

De esta idea nació la corona actual de cuatro velas que se van encendiendo consecutivamente los domingos de Adviento. La corona también se adorna con ramas de abeto, incorporando así elementos de costumbres paganas mucho más antiguas, como el verde de las ramas de árbol o la luz de las velas (mismos elementos del árbol de Navidad). La corona de Adviento se hizo popular a principios del siglo XX y es desde entonces una de las costumbres previas a la Navidad más extendidas en los países de habla alemana.

Juego de Adviento

Este año me encantaría celebrar los domingos de Adviento con vosotros, encender cada domingo una vela y compartir una historia alrededor de la corona. Para ello he pensado organizar un juego: el Juego de la Corona de Adviento. Las reglas son muy fáciles:

Siguiendo la tradición, cada domingo de Adviento encenderemos una vela. Al mismo tiempo aparecerá una historia nueva en el blog sobre la Navidad en Alemania y sobre las costumbres tradicionales y gastronómicas durante esta época. Tras cada historia encontraréis una pregunta relacionada que, con un poco de atención y otro poco de curiosidad, será muy fácil de contestar. Cuando hayamos encendido las cuatro velas de Adviento, y tengamos las cuatro entradas con sus cuatro preguntas, podéis enviarme las respuestas en un correo electrónico. Entre todos los que hayáis contestado correctamente a las cuatro preguntas (y que como sé que mis lectores son muy listos, seréis todos) sortearé un regalo, un pequeño paquete con algunas cosillas ricas típicas de Alemania (y quizás de algún otro sitio, ¡podéis husmear un poco por el blog!) y que me comprometo a enviar a cualquier lugar del mundo (por favor, cualquier lugar ¡que tenga servicio de correo postal!).

Para participar, el único requisito es tener ganas, estar un poco atento/a a las historias de los cuatro domingos de Adviento y enviar un correo electrónico con las respuestas correctas, para ello ¡no hace falta tener un blog! ¿Os apetece?

EN RESUMEN:
  • Período de envío de respuestas:

    Hasta la medianoche del viernes 26 de diciembre de 2008, 12 am (GMT+1)
  • Por favor, enviad las cuatro respuestas en un sólo correo electrónico (y no a través de los comentarios) a: interculturaycocina@email.de
Adventskranz_Banner

Si queréis anunciar el juego en vuestro blog (y darle un poco de publicidad, gratuita todo sea dicho ;-), podéis incluir el siguiente código:


NOTA: Las bases de este juego-concurso están guardadas bajo la almohada de mi cama y ¡ay de aquel o aquella al que se le ocurra hacer trampa!

viernes, 21 de noviembre de 2008

Ya está aquí

El invierno ha querido mostrarse con sus mejores galas exactamente un mes antes de su entrada oficial, quizás como regalo de cumpleaños para el poeta y para el fotógrafo.

First Snow

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Los deberes

Cuando una lleva haciendo lo mismo durante mucho tiempo, acaba perdiendo la perspectiva. Confieso que alguna vez he sido injusta con mis pobres estudiantes de español (adultos hechos y derechos que corren a clase de español después de una larga jornada de trabajo) cuando se equivocaban al utilizar estructuras gramaticales que en realidad son idénticas en su idioma. "¡Por qué narices no ven que es igual!" pensaba cabreada. O les he echado alguna que otra reprimenda porque no habían hecho los deberes.

Hace tiempo me apunté a clases de chino y... ¡heme ahí! metiendo la pata sin cesar, y hasta la saciedad, en cosas que son igual en la gramática castellana o malhaciendo los deberes, en el mejor de los casos, cinco minutos antes de la clase. No hay nada como ver las cosas desde la otra orilla. Chino no sé si aprenderé, pero creo que desde entonces mis estudiantes son más felices, vuelvo a comprenderlos.

Este mes he sido buena y vengo con los deberes hechos a tiempo. Los que nos puso Ivana de My little things y que presento para la propuesta del HEMC #27 de este mes.

Canelones al vapor

Cannelloni

Ingredientes
300 g de carne magra picada (cordero o ternera)
1 cucharada de arroz
1 cebolla mediana
1 cucharada de piñones
1 cucharada de mezcla de especias (yo usé pimienta, canela, clavo molido y cúrcuma)
pasta de canelones

Preparación
Salpimentamos bien la carne picada y añadimos la mezcla de especias. En una sartén a fuego medio freímos, sin que llegue a dorarse, la cebolla que antes hemos picado muy fina. Antes de sacarla añadimos los piñones y los salteamos dos minutos con la cebolla que vamos a mezclar después con la carne picada. Finalmente añadimos la cuchara de arroz. Yo preparé la carne picada el día anterior para que se impregnara bien de las especias. Cuando tengamos la carne lista, rellenamos con cuidado los canelones que colocamos después en un recipiente preparado para cocción al vapor. Hervimos una media hora (controlamos que la pasta esté hecha) y sacamos con cuidado de que no se rompan.

Podemos servirlos con una ensalada y aliñar todo con aceto balsámico. Al cocer al vapor, la carne suelta la grasa que lleva y queda en el agua de cocción. El arroz crece y evita en parte que el relleno se reduzca mucho y no "llene" los canelones.

Receta para imprimir

martes, 11 de noviembre de 2008

Berlinesas

Hoy, 11 de noviembre a las 11 y 11 minutos empieza oficialmente el Carnaval en Alemania. Una tradición que se remonta a la cuaresma previa al nacimiento de Cristo y que también guarda relación con el Día de San Martín.

Como ya conté una vez, el noreste de Alemania es de confesión mayoritariamente protestante y celebra, por lo general, pocas fiestas religiosas. En Berlín concretamente el Carnaval apenas se siente, lo único que recuerda su inicio el 11 de noviembre son los adornos en la panaderías que anuncian con gran colorido la especialidad para la ocasión: la berlinesa.

Berliner Pfannkuchen

La berlinesa (Berliner, en alemán) se conoce con este nombre en casi toda Alemania y en muchos otros sitios, menos en la ciudad que probablemente la vio nacer, donde se llama Pfannkuchen, lo que puede llevar por su parte a confusiones ya que Pfannkuchen es en otras partes crêpe o pancake, para lo que los berlineses utilizan Eierkuchen.

Los Pfannkuchen berlineses pueden encontrarse actualmente durante todo el año, aunque las fechas tradicionales para comerlos son Carnaval y Nochevieja, donde es costumbre también rellenar algunos de ellos con mostaza y mezclarlos con los otros.

Existe una leyenda sobre la famosa frase "Ich bin ein Berliner" o "Soy un berlinés" que John F. Kennedy pronunció en el balcón del Ayuntamiento del barrio de Schöneberg (entonces Ayuntamiento del Berlín Occidental) según la cual Kennedy supuestamente se equivocó al utilizar el artículo (no es así) y el significado de la frase fue "Soy un dónut relleno". Aparte de ser gramaticalmente correcta, está claro que un berlinés nunca podría malinterpretar la frase, ya que ningún berlinés llama a este dónut relleno de mermelada Berliner sino Pfannkuchen.

Berliner Pfannkuchen

lunes, 3 de noviembre de 2008

Al pan, pan...

Si hay una especialidad gastronómica de la que los alemanes están orgullosos, esa es el pan. Se jactan, y no sin razón, de tener más de 300 tipos diferentes de panes. Un extranjero no instruido en el tema (léase servidora) necesita una eternidad para diferenciar los tipos de panes según las clases de harinas y los cereales empleados, o las diferentes temperaturas de cocción que lleva cada pan.

La segunda dificultad a la que se enfrenta el extranjero es la de aprenderse todos esos nombres para pedir correctamente el pan correspondiente, nombres que muchas veces guardan poca o ninguna relación con lo que podría ser su elaboración, como por ejemplo, el panecillo "campeón del mundo" (Weltmeister) o el "aprendiz de zapatero" (Schusterjunge). Sin mencionar las variantes regionales para el simple panecillo o Brötchen, que en Berlín es Schrippe, en el sur, Semmel, etc.

Pumpernickel
Pumpernickel

Recién llegada a estas tierras y en busca del famoso pan negro fui a dar con el Pumpernickel, que por entonces yo consideré como el "más alemán" por ser, quizás, el de aspecto más diferente a los que conocía. Y fue así que me dispuse a probarlo acompañando la comida, según mi por entonces entendimiento del pan (para mojar, vamos). ¡GRAN ERROR! Este tipo de panes contundentes, como diría alguno, no están hechos para mojar, para este fin, la cocina alemana tiene otras cosas ricas como los Knödel o los Klösse. Y de ahí que las comidas, rara vez se acompañen con pan.

Muchos de los panes tienen demasiada personalidad para ser empapados con otros sabores, necesitan ser el protagonista de la comida, por eso algunas de las comidas del día son sencillamente eso "pan con... (queso, embutidos)" y tienen denominaciones tan estupendas como Pausenbrot ("pan del recreo", almuerzo de los niños en el colegio), Abendbrot ("pan de la tarde", sinónimo de cena), o Brotzeit en Austria ("la hora del pan").

La diferencia es una cuestión de uso y no de formas. Como ejemplo curioso el uso, a mi parecer sólo funcional, del pan como soporte para la salchicha.

Bratwurst

Si no fuera porque lleva kétchup o mostaza, y porque quema, creo que se ahorrarían el pan. De hecho, es común ver a niños pequeños en cochecitos rechupeteando una salchicha tipo Frankfurt que las madres llevan en tuppers, sin pan.

En fin, tras todas estas filosóficas y profundas divagaciones de hoy, ¡a ver quién adivina qué suelen echar en falta los alemanes cuando viven en el extranjero!