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domingo, 4 de mayo de 2014

Eierschecke

«La tarta de huevo es un tipo de tarta que, para desgracia de la humanidad, ha permanecido completamente desconocida en el resto del planeta», se dice que afirmó Erich Kästner al hablar de esta tarta original de Dresde, su ciudad natal.

Después del Stollen de Navidad, probablemente la tarta de la que los sajones están más orgullosos. El origen de su nombre en alemán, Eierschecke (pronunciado algo así como "aiyacheque") no está documentado. A pesar de ello es muy común leer que viene de una prenda de vestir del s. XIV, un tipo de faldón masculino de tres piezas. Sin embargo, también hay un adjetivo en alemán "scheckig" que significa "manchado o con manchas". Cualquiera de las dos, o ninguna, podría tener sentido a la hora de describir esta tarta que se caracteriza por sus tres capas: una base de masa de levadura, un centro fino de crema de queso quark y su capa principal, la Schecke que da nombre a la tarta, una crema esponjosa de huevos y vainilla.

Aparecida a principios del s. XIX en Dresde, era esta una tarta de la clase burguesa, con ingredientes como el queso quark y los huevos, que solo las personas más pudientes se podían permitir. Hoy en día, la Eierschecke es una de las tartas más populares y características de Sajonia.

Punto 1 de mis propósitos de integración sajona:
- Aprender a hacer una Eierschecke ✔


Ingredientes (para un molde redondo de fondo desmoldable de unos Ø 28 cm):
Para masa de levadura:
175 g de harina de trigo
25 g de mantequilla
25 g de azúcar
10 g de levadura fresca de panadería
50 g de leche
1 huevo
1 pizca de sal
Para la crema de quark:
200 g de queso quark
30 g de mantequilla
30 g de azúcar
10 g de harina de trigo
10 g de pudding de vainilla en polvo (de sobre)*
20 g de leche
1 huevo
1 pizca de sal
1 cucharadita de zumo de limón
Para la crema de huevos:
350 ml de leche
175 g de mantequilla
175 g de azúcar
5 huevos
50 g de pudding de vainilla en polvo (de sobre)*
1 pizca de sal

*En Alemania venden unos sobres de pudding instantáneo de vainilla en polvo (ver foto). Creo que se podrían sustituir por otros como los sobres de crema catalana ya que tienen una consistencia similar. Cualquier sugerencia al respecto será bienvenida. ¡Gracias!


Preparación
Masa de levadura:
  1. Todos los ingredientes deberán estar a temperatura ambiente.
  2. Disolvemos la levadura en la leche templada y hacemos una masa blanda con la mitad de la harina. Esta masa deberá reposar 30 minutos. Cuando haya subido, añadiremos el resto de ingredientes y amasaremos bien. Cubrimos la masa con un paño y dejamos reposar otros 30 minutos.
NOTA: Deberá quedar una masa flexible pero que no se pegue a las manos. Si es necesario, corregir de agua o harina.

Crema de queso quark:
  1. Mientras reposa la masa anterior, derretimos la mantequilla y añadimos el resto de ingredientes: queso quark, azúcar, harina, pudding en polvo, leche y el huevo. Mezclamos hasta tener una crema homogénea. Añadimos entonces el zumo de limón y una pizca de sal.
  2. Volvemos ahora a la masa de levadura. La estiramos con un rodillo hasta más o menos el diámetro del molde. Engrasamos bien el molde con un poco de mantequilla y ponemos la masa como base, apretando los bordes para que no suban mucho. Pinchamos varias veces la masa con un tenedor para que se haga mejor. Ahora podemos añadir la crema de queso quark que repartimos bien por toda la superficie.
  3. Precalentamos el horno a 190 °C.
Crema de huevos:
  1. Separamos las claras de huevos de las yemas.
  2. Disolvemos el pudding en polvo en 75 ml de leche.
  3. En un cazo ponemos a hervir el resto de leche (275 ml) con 85 g de azúcar. Cuando hierva añadimos a la mezcla anterior, dejamos que hierva una vez más y retiramos entonces del fuego.
  4. Añadimos al pudding caliente la mantequilla y, poco a poco, las yemas de huevo, y removemos rápidamente para que no se cuajen.
  5. Montamos las claras a punto de nieve, a las que vamos incorporando poco a poco el azúcar restante. Ponemos una pizca de sal. Cuando el merengue esté firme, incorporamos la crema de pudding cuidadosamente y con movimientos envolventes.
  6. Pasamos la crema obtenida al molde e igualamos la superficie.
  7. Metemos en el horno y tenemos 20 minutos a 190°, después bajamos la temperatura y 160° y horneamos otros 20 (tiempo total de horneado 40 minutos).
  8. Dejamos enfriar y espolvoreamos con azúcar glasé.
    Esta tarta debe enfriar completamente por lo que recomiendo hacerla siempre para el día siguiente, cuando las tres masas han reposado bien. ¡Imprescindible servir con un café en la merendola!

    Ver receta para imprimir

    viernes, 18 de abril de 2014

    Curry de poscuaresma

    Esto es el desenfreno, dos entradas seguidas en menos de una semana. Pero es que hay recetas que necesitan ver la luz del día de inmediato, antes de que acaben perdidas por los abismos de la memoria RAM (que nada tiene que ver con la leche).

    Poscuaresmal por si os quedan restos de pescado desperdigados por el congelador. Aunque a ver, ¡que levante la mano el que haya ayunado durante la Cuaresma! No sé si os sorprenderá, que sé que mis lectores sois gente de mundo, pero por Alemania el ayuno cuaresmal es una cosa que practican muchas, pero muchas personas, de todas las edades, con más o menos creencias religiosas, esto último es casi secundario. La carne es naturalmente el producto vetado por excelencia, pero son muchos los que además se han pasado las últimas semanas renunciando al chocolate, a los dulces o al alcohol.

    Así que antes de volver a lanzarnos a las salchichas, aquí queda esta receta poslocura: sopa de pescado al curry.


    Ingredientes (para unas cuatro personas)
    400 g de patatas
    2 boniatos medianos
    150 g de judías verdes frescas
    2 zanahorias medianas
    125 g de salmón congelado
    100 g de gambas peladas congeladas
    1 l de caldo de pescado
    3 cucharadas de salsa de tomate
    1 diente de ajo
    3 o 4 tallos de cebolleta
    1 dado de jengibre fresco pelado
    1 cucharada de pasta de hierba limón (lemon grass)*
    1 cucharadita de granos de pimienta negra
    2 estrellas de anís estrellado
    1 cucharadita de eneldo
    1 cucharada de curry en polvo
    1 lima
    sal

    Preparación
    1. En un mortero machacamos la pimienta y el anís estrellado.
    2. Picamos finos el ajo, el jengibre y los tallos de cebolleta.
    3. Pelamos y chascamos las patatas, los boniatos y las zanahorias.
    4. Lavamos las judías verdes y les cortamos las puntas.
    5. Calentamos un poco de aceite en una olla y rehogamos unos minutos el ajo, el jengibre y la cebolleta. Añadimos la cucharada de curry y lo tostamos ligeramente. Añadimos las mezcla de especias del mortero. Incorporamos la salsa de tomate.
    6. Echamos los trozos de patata y boniato, la zanahoria, las judías verdes y disolvemos todo con el caldo de pescado. El caldo deberá cubrir bien todos los ingredientes. Si hace falta añadimos más caldo o un poco de agua.
    7. Subimos el fuego hasta que empiece a hervir. Entonces tapamos la cazuela, bajamos el fuego y tenemos unos 20 minutos hasta que la patata esté tierna.
    8. Apagamos, añadimos el eneldo y la pasta de hierba limón. Probamos y sazonamos a gusto. Entonces ponemos el salmón y las gambas y tapamos. El calor residual es suficiente para hacer el pescado.
    Recomendaciones:
    - A mí me gusta que la sopa sea más bien cremosa, por eso, antes de servir, saco unas cuantas patatas con algo de líquido y las trituro en la batidora. Este puré le da a la sopa una consistencia cremosa muy buena.
    - Se puede servir con unos trozos de lima, decora, y a los que les guste el toque ácido que se lo den.

    * O dos tallos de hierba limón fresca. Yo en Sajonia es lo que encontré, que ya es mucho. Si vosotros no encontráis alguno de los ingredientes raros, no pasa na. Aunque el que no debería faltar es el curry, lógicamente. Si faltara, cambiadle al menos el nombre a la receta, ¿vale?

    sábado, 12 de abril de 2014

    Una de huevos

    ¿Que qué hacen los alemanes cuando se acerca la Pascua? Pues sacar los huevos. De todos los tonos y colores. En Berlín también se veía, es una costumbre en todo el país, pero aquí en el pueblo no hay jardín que se precie que no esté adornado a estas alturas ya con los huevos de Pascua. Me he dado un paseo por los alrededores para enseñároslo.


    Normalmente cuando llega la época de poner los adornos de Pascua, la naturaleza todavía no ha explotado completamente, pero este año como el invierno no ha sido invierno, algunos brotes se han adelantado a la Pascua.



    Por esta zona destaca la tradición de los sorbios, o sorabos, de quienes os hablaba en la entrada anterior, por una decoración de los huevos con diferentes técnicas que resultan en un verdadero trabajo de filigrana.



    Como la cosa va de huevos, os dejo una receta de unos rellenos. Receta retro viejuna si me preguntáis, pero perfecta para la Pascua. Y ya que estamos, ¿por qué no esconder una sorpresa —una nuez o dátil, sin hueso por favor, no vayáis a desdentar al cuñado— en uno de los huevos y hacer que el que la encuentre, pues no sé, friegue los platos?

    Ea! Aquí van unos huevos rellenos con crema de brecamel.


    Ingredientes
    4 huevos
    1 brécol o brócoli
    100 g de queso fresco a las finas hierbas, o a las hierbas, punto
    1 lata (unos 150 g) de bonito en aceite
    2 cucharadas de kétchup
    2 cucharadas de mayonesa
    5 cucharadas de leche
    sal, pimienta y nuez moscada
    aceite de oliva
    Opcional: media nuez pelada o un dátil sin hueso

    Preparación
    • Limpiamos el brócoli y lo cocinamos 15 minutos al vapor. Cuando los tallos estén tiernos (se puede comprobar pinchando con un tenedor), lo sacamos y lo dejamos enfriar.
    • Mientras tanto preparamos el relleno retro-viejuno de bonito de lata con salsa de kétchup y mayonesa. Para ello sacamos el bonito a un bol, desmenuzamos bien y añadimos las exquisitas salsas de kétchup y mayonesa hasta obtener una mezcla a nuestro gusto.
    • Partimos los huevos cocidos por la mitad (a estas alturas no habrá que explicar cómo cocer un huevo, ¿no?) y sacamos las yemas que rallamos finas.
    • Para preparar la crema de brecamel, trituramos el brećol en un robot hasta obtener una pasta, o lo aplastamos con un tenedor, a conciencia, en su defecto. Después incorporamos la crema de queso a las finas hierbas y las cucharadas de leche. Estas un poco a ojo, dependerá de la humedad de la mezcla anterior, del queso utilizado, etc. Salpimentamos y añadimos una pizca de nuez moscada. Deberá quedarnos una crema tipo besamel.
    • En una fuente extendemos la crema de brecamel y vamos colocando las claras cocidas de huevo rellenas de la mezcla de bonito.
    • Finalmente adornamos con la ralladura de las yemas y podemos un hilo de aceite (o un chorretón, según la maña que nos demos)
    Et voilà ! Huevos rellenos para Pascua.

    sábado, 25 de enero de 2014

    La boda de las avecillas


    La víspera del 25 de enero los niños de Alta Lusacia (sip, aquí es donde vivo) colocan un plato en la ventana de casa o frente a la puerta, siguiendo una tradición sorbia conocida como "la boda de las avecillas" (Vogelhochzeit). Al amanecer, los platos estarán repletos de dulces y panecillos con forma de pájaro o de nidos. Así es como las aves agradecen el alimento que reciben durante el invierno, los granos que los humanos cuelgan en los árboles o ponen en las casitas para pájaros cuando los campos están cubiertos de nieve y es más difícil encontrar alimento.


    Me había propuesto preparar algunos de los dulces para este día, incluso iba a hacer un curso para aprender a hacerlos, pero el curso lo cancelaron por falta de participantes (es lo que tiene vivir en la tundra) y sin la cita programada a mí, como que se me fue el tiempo en otros menesteres. El caso es que no quería dejar pasar la ocasión sin enseñároslos, así que me he pasado por la panadería (¡único establecimiento del pueblo!) y he comprado algunos. Y de paso socializo un poco y los vecinos se van acostumbrando al acento raro de la nueva :D


    Los nidos de pájaro llevan una base de galleta, crema de mantequilla y cobertura de chocolate. Los pajarillos pueden ser de brioche, aunque también se hacen nidos o pájaros completamente de merengue. Y bueno, a ver si el año que viene ando más espabilada.

    martes, 24 de diciembre de 2013

    La Navidad en Sajonia...

    ...está llena de estrellas de Moravia, originarias de la pequeña localidad de Herrnhut.


    ... y repleta de mercadillos de Navidad, como el de la ciudad de Bautzen con su torre inclinada, uno de los mercados más antiguos de Alemania.


    La Navidad en Sajonia ofrece además uno de los dulces navideños más tradicionales, el pan especiado Lebkuchen, más conocido en la zona como Pfefferkuchen, el que se elabora en la localidad de Pulsnitz, que todos los años celebra ya a principios de noviembre un mercado dedicado exclusivamente a esta especialidad.

     


    Sin embargo, si le preguntáis a cualquier sajón por el dulce navideño más tradicional, no dudará en afirmar que es ¡el Stollen! Si son además varias las personas a las que preguntáis, puede que os pase como a mí al lanzar la pregunta en uno de mis cursos de español, que se iniciará una animada discusión sobre la peculiaridad de cada receta familiar y sobre los ingredientes especiales en cada una.

    Si alguien quiere probar la que yo aprendí, aquí os dejo una receta para pastelillos de Stollen, la versión mini de este pan navideño.

    Con esto solo me queda desearos unas muy...


    ¡...y hasta  el año que viene!

    domingo, 17 de noviembre de 2013

    Cambio de aires

    Si había algo que tenía claro yo, era que nunca me iría a vivir a un pueblo. Ay..., la de palabras que hay que tragarse en esta vida. Héteme aquí hoy viviendo en el campo, en una aldehuela de 125 habitantes. 125 habitantes y yo. En plena pampa sajona a medio camino entre Polonia y la República Checa.


    ¿Que qué hago yo aquí? Esa pregunta me hago todas las mañanas cuando me siento al escritorio de mi nuevo despacho y las gallinas de los vecinos se asoman a la valla para ver qué hace hoy la nueva.

    En resumidas cuentas, eso es lo que ha estado pasando mientras en este blog no pasaba nada. Que me he mudado. A un pueblo. Lejos de la gran metrópolis, lejos de Berlín. Tras 18 años exactos en la capi de esta república, ¡una mayoría de edad!, supongo que ya era hora de salir a conocer la otra Alemania, la de verdad, la que dicen que Berlín no es. Vamos, que echaba de menos el choque cultural.

    Así que a partir de ahora puede que este blog tenga un aire más campestre, desde esta casa de la pradera. Habrá huerta, habrá conservas, puede que hasta mermeladas, alguna que otra anécdota rural y espero que también haya crímenes culinarios que resolver...

    Hasta entonces toca terminar de aprovisionarse para el invierno. Por ejemplo, llenando la bodega de manzanas o envasando el verano en botes. Estos no son míos, este año no he llegado a tiempo, pero para que os vayáis haciendo una idea. (¡Uf, lo que me queda por aprender!)


    domingo, 24 de febrero de 2013

    Corona de Fráncfort, una tarta viejuna

    Mi familia política alemana vive en un pueblo muy pequeño en el este de Alemania, en la Sajonia más profunda. Con sus poco más de 100 habitantes, en Puebluco del Pedregal, según su nombre en lengua vernácula, cuando uno de los mayores cumple años, todo el pueblo se pasa ese día por la casa del cumpleañero o cumpleañera para felicitarlo. Así que claro, hay que tener café, tarta y licores preparados para ofrecer. La tarta más famosa en el pueblo, la tradicional Corona de Fráncfort, la hacía hasta hace poco una de las vecinas de Puebluco del Pedregal, a la que se le encargaba siempre su preparación. Pero la mujer está ya muy mayor y no puede hacerlas más. Desde que tuve la oportunidad de probar la tarta en uno de esos cumpleaños, la he tenido rondando en la cabeza (la mayoría sabéis cómo nos funciona la cabeza a los golosos) y ayer, finalmente, la hice. Esta es de un libro cualquiera, pero estoy en "negociaciones" para obtener esa receta tan famosa en Puebluco del Pedregal. Quién sabe, a lo mejor un día puedo tomar el relevo ;-)


    La Corona de Fráncfort es una de las tartas clásicas de la repostería alemana y la encontraréis en cualquier pastelería o cafetería tradicional que se precie. A pesar de ello, no sé por qué pero a mí, con ese aspecto que podría ser portada de un libro de recetas de los años 60, me recuerda a la comida viejuna de la que El Comidista escribe en una de las secciones de su blog. Comida viejuna alemana, se entiende.

    Es sencilla pero algo laboriosa de hacer, y yo os recomendaría hacerla un día antes. La crema de mantequilla tiene tiempo de endurecer algo con lo que es más fácil cortarla y los sabores han asentado más. Y os aseguro que está muy rica :)


    Ingredientes
    Para el bizcocho:
    150 g harina
    150 g azúcar
    2 cucharadas maicena
    1 cucharadita de levadura química
    125 g mantequilla a temperatura ambiente
    4 huevos
    2 cucharadas de ron
    1 pizca de sal
    1 limón, ralladura

    Para la crema (relleno y cobertura):
    175 g azúcar
    200 g mantequilla a temperatura ambiente
    5 yemas de huevo
    5 cucharadas de agua
    4 cucharadas de ron

    Además:
    100 g de crocante de avellanas (en Alemania lo venden preparado y tiene este aspecto) o avellanas tostadas picadas para una versión menos dulce
    4 cucharadas de mermelada de ciruela casera de la tía Mariajo (si no tenéis una tía Mariajo que os regale mermelada casera, cualquier mermelada de alguna fruta roja valdrá, cereza, fresa, frambuesa...)
    unas guindas confitadas para decorar

    Preparación
    Bizcocho: Precalentamos el horno a 175 °C. Batimos bien la mantequilla que estará a temperatura ambiente y el azúcar hasta obtener una mezcla cremosa. Añadimos entonces la ralladura de limón, los huevos, el ron y una pizca de sal. Tamizamos la harina, la maicena y la levadura y las añadimos poco a poco a la mezcla anterior. Engrasamos bien un molde con forma de aro o de corona (de los que tienen un hueco en el centro) y espolvoreamos con un poco de harina. Vertemos la mezcla y horneamos durante aprox. 45 minutos. Cuando el bizcocho esté listo, lo desmoldamos y lo dejamos enfriar sobre una rejilla.

    Crema: Preparamos un almíbar con el azúcar y cinco cucharadas de agua. En un recipiente aparte batimos a mano las yemas. Añadimos muy lentamente el almíbar a las yemas sin dejar de batir. Incorporamos el ron y seguimos batiendo hasta que la mezcla haya enfriado. En un bol grande batimos la mantequilla a temperatura ambiente hasta que esté cremosa. Entonces, y sin dejar de batir, vamos incorporando la crema de yemas cucharada a cucharada.

    Para montar la tarta, hacemos dos cortes horizontales al bizcocho. Ponemos una capa de mermelada en cada corte que empapará un poco el bizcocho y una capa generosa de crema de mantequilla. Montamos la tarta presionando levemente para que las capas se peguen bien. Ahora forramos todo el bizcocho, desde el hueco del centro hacia fuera. No importa si la cobertura no nos queda perfecta, ya que al final la cubrimos con las avellanas picadas que taparán cualquier “imperfección”. Decoramos con unas estrellas de crema y las guindas confitadas, y ¡lista está la Corona de Fráncfort!

    sábado, 27 de octubre de 2012

    De la Gran Manzana a la tarta de manzana

    Ya os hablé aquí del Kaffee und Kuchen, o la hora del café con tarta, esa institución alemana que vendría a ser nuestras merienda, las once u onces, la lonche (y seguro que alguna denominación más habrá), según el país hispanohablante en el que se esté. También mencioné que en Sajonia, la cultura cafetera tiene una larga tradición, con algunos de los cafés más antiguos de Alemania, e incluso de Europa.

    Como no podía ser de otra manera, las tartas acompañan las temporadas, y llegado septiembre son las manzanas las elegidas para asociarse con el café. Así que aquí va la segunda tarta para la sección "las tartas de Angela" (con lo que queda dicho que la tarta no es mía sino prestada ;-): una tarta sueca de manzana.

    Apfeltorte

    Ingredientes
    Para la base:
    125 g de azúcar (50 g + 75 g)
    75 g de harina de trigo
    75 g de maicena
    25 g de azúcar avainillado casero (o medio paquete de azúcar avainillado industrial)
    1 cucharadita de levadura en polvo
    3 huevos (separadas las claras y las yemas)
    3 cucharadas de agua templada
    1 pizca de sal

    Para el relleno:
    100 g azúcar
    1 kg de manzanas
    1 sobre (100 g) de pudding de vainilla*
    250 g de queso mascarpone

    1 cucharada de virutas de chocolate

    *Al parecer, al menos en España, se puede comprar en la cadena Lidl. Cualquier otra recomendación es bienvenida en los comentarios ;)


    Preparación
    Ponemos el horno a precalentar a 200° C. Empezamos entonces con el bizcocho. Para ello batimos a punto de nieve las claras de huevo con una pizca de sal e incorporamos 50 g de azúcar al final. En un bol aparte batimos las yemas de huevo con 75 g de azúcar y el azúcar avainillado. Cuando estén cremosas, añadimos lentamente 3 cucharadas de agua templada.
    Ahora incorporamos las claras a punto de nieve a las yemas batidas, en dos pasos y mezclando con movimientos envolventes con ayuda de una espátula. Finalmente tamizamos la harina, la maicena y la levadura sobre la mezcla anterior. Batimos a mano intentando que la masa quede aireada. Horneamos la masa unos 25 minutos en un molde redondo de fondo desmontable previamente engrasado con mantequilla.

    Mientras se hornea el bizcocho pelamos las manzanas y picamos en trozos pequeños que mezclamos con 100 g de azúcar. Preparamos el pudding de vainilla siguiendo las instrucciones del paquete. Añadimos las manzanas picadas. Removiendo todo el tiempo llevamos al punto de ebullición y entonces bajamos el fuego y dejamos hervir a fuego lento un par de minutos sin parar de remover. Retiramos del fuego y dejamos enfriar de 5 a 10 minutos.

    Una vez sacado el bizcocho del horno y después de que haya enfriado algo lo abrimos por la mitad (horizontal) y extendemos una capa generosa de mascarpone. Pegamos las dos mitades y repartimos la crema de vainilla con manzanas por encima de la superficie. Dejamos enfriar un poco y metemos en la nevera para que acabe de enfriar (mínimo 2 horas). Antes de servir la tarta, la decoramos con virutas de chocolate y ¡a merendar!

    Apfeltorte

    domingo, 24 de julio de 2011

    Anoche cuando dormía...

    A veces, a una le da por soñar e imaginar que vive en el campo, en una casita idílica rodeada de bosques mágicos.

    Café CaRe
    Café CaRe
    Café CaRe Garden
    Café CaRe

    Y una sueña que pasa el día haciendo tartas de chocolate, elaborando los más exquisitos bombones y rellenos de praliné. Y sueña además que hasta la casita se acercan gentes llegadas desde los más lejanos lugares para probar todas estas especialidades.

    Café CaRe
    Coffee Time with Ice Cream!
    Cake
    Chocolate Cake
    Chocolate Shake
    Café CaRe

    Y sueña que pasa las frías tardes de otoño preparando conservas para el invierno o tomando café y leyendo en el ático.

    Café CaRe

    Y un día descubre con admiración que otra persona ya ha estado en este sueño.
    ¿Queréis soñar también? Sentaos un momento (con un clic) en este banco y llegaréis hasta allí:

    Café CaRe Garden

    Café CaRe
    Dorfstraße 134a
    D-02829 Königshain (Alemania)

    domingo, 10 de julio de 2011

    A las cuatro de la tarde: Kaffee & Kuchen

    Kaffee und Kuchen no es otra cosa que café con tarta, o lo que es lo mismo, una merendola a la alemana, en toda regla. La hora sagrada son las cuatro de la tarde, normalmente los fines de semana, los días laborales solo las abuelas pueden permitirse el tiempo para un Kaffee und Kuchen. Creo que no necesito explicar por qué esta comida del día, elevada casi a institución, se ha convertido en una de mis preferidas, lo de comer tarta en la merienda no es solo un decir.

    Kaffe und Kuchen

    Más aún cuando se visita a la familia en Sajonia, famosos los sajones por su tradición cafetera y pastelera.

    Hochkirch

    La tarta del sábado (foto de arriba) diferente de la del domingo (más abajo). Las dos caseras y con frutas de la huerta. Está claro que no son mías, sino de la anfitriona de la casa que amablemente me ha dado la receta para que la comparta aquí con vosotros. Creo que esta receta se merece inaugurar una nueva sección que llamaré "Las tartas de Angela", ¿qué me decís? :-)

    Strawberry Cake
    Strawberry Cake

    Ingredientes
    Para la base:
    125 g de azúcar (50 g + 75 g)
    75 g de harina de trigo
    75 g de maicena
    1 cucharadita de levadura en polvo
    1 cucharadita de azúcar avainillado
    3 huevos
    3 cucharadas de agua caliente
    1 pizca de sal

    Para el relleno:
    250 g de mascarpone
    750 g de fresas
    1 sobre de gelatina en polvo (Tortenguss*), sabor a fresa

    Elaboración
    Ponemos el horno a precalentar a 200 °C. Empezamos entonces con el bizcocho. Para ello batimos a punto de nieve las claras de huevo con una pizca de sal e incorporamos al final 50 g de azúcar. En un bol aparte batimos las yemas de huevo con 75 g de azúcar y una cucharadita de azúcar avainillado. Cuando estén cremosas, añadimos lentamente 3 cucharadas de agua caliente. Ahora incorporamos las claras a punto de nieve a las yemas batidas. Finalmente tamizamos la harina, la maicena y la levadura sobre la masa anterior. Batimos a mano intentando que la masa quede aireada. Horneamos la masa unos 25 minutos en un molde redondo de fondo desmontable previamente engrasado con mantequilla.

    Mientras se hornea el bizcocho podemos ir lavando las fresas y batiendo el mascarpone para que esté un poco más cremoso y poder extenderlo mejor sobre el bizcocho.

    Una vez sacado del horno, dejamos enfriar el bizcocho. Finalmente montamos la tarta: extendemos la crema de mascarpone sobre el bizcocho y colocamos encima las fresas. Deshacemos la gelatina en polvo según indicado en el sobre y cubrimos las fresas con ella. Dejamos enfriar y ¡lista para servir!

    A slice of cake

    * En Alemania, las tartas con frutas frescas suelen llevar este tipo de glaseado con gelatina. Además de darle brillo a las frutas, sirve para ligarlas entre sí y con el bizcocho. Los sobres de "Tortenguss", como se llaman en alemán, pueden comprarse en cualquier supermercado, no sé si es fácil encontrarlos fuera de Alemania.

    Ver receta para imprimir

    domingo, 5 de junio de 2011

    Humor alemán

    Para que luego digan.

    ACHTUNG HUND!

    ¡ATENCIÓN, PERRO!
    Briefträger = carteros
    Einbrecher = ladrones
    Autoreifen = listillos que tiran los neumáticos usados
    Katzen = gatos

    viernes, 3 de junio de 2011

    Serán Bratkartoffeln...

    Sopa de patatas, ensalada de papas, hash browns, papa rellena, gratinado de patata, raclette, tortilla de patatas sin huevo y con Speck, patatas al horno, tartiflette, pastel de papas, puré de papas con panceta, papas asadas con panceta... papas "rissolées"... de todas las sugerencias que habéis hecho, a cada cual mejor, me da que esta última (si mis investigaciones por internet han sido precisas), es la que más se acerca al plato que preparé con los ingredientes de la entrada anterior. La solución: Bratkartoffeln o patatas salteadas (Edith, te has ganado un plato de Bratkartoffeln, papas "rissolées" o patatas salteadas la próxima vez que nos veamos, que me da que va a ser muy pronto ;-)

    Las patatas salteadas son una de las guarniciones más comunes que existen por estas tierras. Yo, francamente, no sé cómo no las han ascendido ya a categoría de plato patrimonio cultural. Eso sí, al igual que las tortillas de patatas, no hay dos platos de Bratkartoffeln iguales, según quién y cómo las prepare. Yo aprendí a hacerlas de mi mozo. A ver quién adivina ahora cómo consiguió conquistarme... :-D

    Bratkartoffeln

    Ingredientes (para 2 personas)
    5-6 patatas medianas
    1 cebolla pequeña
    1 trozo de panceta ahumada
    1 trozo de mantequilla o manteca
    medio vaso de agua
    una cucharilla de mejorana

    Preparación
    Pelamos y cortamos las patatas en rodajas gruesas. Picamos la cebolla y la panceta. Derretimos el trozo de mantequilla o manteca, una cucharilla es suficiente (también pueden hacerse con aceite de oliva pero, qué queréis que os diga, le quita el toque centroeuropeo), y salteamos la cebolla y la panceta a fuego fuerte un par de minutos. Es importante una buena sartén antiadherente. Después añadimos las patatas y les damos varias vueltas poco a poco con una espátula de madera, con cuidado de no romperlas, hasta que empiecen a dorarse. Entonces, añadimos el vaso de agua, poca agua, justo el fondo de la sartén sin que llegue a la mitad de las patatas (aquí los puristas se echarán las manos a la cabeza pero me da lo mismo). Tapamos y dejamos hacer a fuego medio hasta que el agua se haya evaporado y las patatas estén blandas. Subimos el fuego y seguimos dando vueltas con cuidado hasta que se doren bien. Finalmente añadimos la mejorana y damos un par de vueltas más. Normalmente no es necesario añadir sal ya que la panceta lleva bastante.

    Podemos servir con un huevo frito, como guarnición de algún plato de carne o como plato principal acompañadas de pepinillos encurtidos.

    jueves, 2 de junio de 2011

    ¿Qué será, será?

    Volvemos, poco a poco, por hoy, solo los ingredientes, ¿qué podemos preparar con ellos?

    ¿Qué será, será?

    La receta, en breve en sus pantallas...

    jueves, 30 de diciembre de 2010

    Nos han dado las berlinesas

    ¡Las uvas! ¿Habéis comprado las uvas ya? No sería el primer año que con tanto preparativo se me olvidaran las uvas para las campanadas de Nochevieja. Cuando salí a comprarlas esta mañana, me encontré a los berlineses haciendo lo propio.

    Pfannkuchen für Silvester

    Comprando Pfannkuchen o berlinesas para su despedida de año. Y aunque tengan fama de ser un poco brutos ellos, no, no se comen una por campanada, entre otras cosas porque no hay 12 campanadas.

    Antes de irme a contar las uvas quiero recordaros también que todavía tenéis tiempo de enviar la solución al juego del calendario de adviento 2010, el plazo termina el 2 de enero, así que venga, a escribir y ¡que no os den las berlinesas uvas!

    ¡Feliz año nuevo!

    viernes, 12 de noviembre de 2010

    Leipzig

    En menos tiempo del que te llevaría cruzar Berlín de norte a sur, puedes plantarte en tren en el centro de Leipzig. Y eso es lo que hice la semana pasada. Terminados los compromisos laborales, me quedó el tiempo justo para visitar a uno de los hijos predilectos de la ciudad y hacer una parada en una confitería para comprar Leipziger Lerchen.

    Bach & Lerchen

    Al parecer, tras la prohibición en 1876 de uno de los, por entonces, platos más famosos de la región, las alondras rellenas, los pasteleros de la ciudad crearon estas tartaletas en memoria de la especialidad prohibida. La alondra actual es una base de masa quebrada rellena de mazapán.

    Y no me digáis que la ciudad no se lo pone fácil a los visitantes que quieran llevarse una foto típica, con estas placas ante los monumentos más famosos, desde la mejor posición y con una recomendación para los ajustes de la cámara.

    For good view step into