La cuenta atrás para la inauguración del Festival de Cine de Berlín, que se celebrará la semana del 7 al 17 de febrero, ha empezado. Y este año volverá a haber una sección dedicada al Cine Culinario que ofrece un programa muy variado y entremezclado, películas con temas culinarios y gastronomía inspirada en el cine que se podrá disfrutar tras las películas en presencia de los cocineros. Entre ellos Ferran Adrià y Jesús Almagro. También habrá coloquios, discusiones y algún que otro sarao. El programa completo de la sección podéis descargarlo aquí (en alemán). Si queréis más información y eso del alemán no es lo vuestro, ¡escribidme!
Así que ahora a luchar por conseguir entradas, que cuesta lo suyo. La venta por Internet se bloquea y las filas en taquilla son de horas. Y bueno, ya que estamos, lo dejo caer, si alguien por ahí fuera tiene entradas de sobra (para cualquier peli, cualquier día)... que quiera compartir ¡que me escriba también... que después del cine le invito a cenar!
martes, 29 de enero de 2008
domingo, 20 de enero de 2008
Amor a primera vista
Fue un flechazo, inconfundible, no hubo dudas, fue amor a primera vista y ocurrió aquí. Estas cosas son así, llegan cuando una menos se las espera.
Aunque en esta historia había un pequeño inconveniente y es que ¡él pertenecía a otra! Así que, como no está bien eso de codiciar bienes ajenos... dicen..., pues me puse manos a la masa. El resultado me ha convencido, creo que será un amor de por vida:
Ingredientes
600 g de harina
20 g levadura fresca
30 g leche en polvo
60 g azúcar
9 g sal
1 huevo mediano
210 g leche (templada)
100 g nata (templada)
Preparación
Disolver la levadura fresca en un poco de leche. Mezclar el resto de los ingredientes y amasar hasta obtener una masa elástica y homogénea. Dejar reposar durante, al menos, hora y media hasta que la masa haya doblado su tamaño. Colocar después sobre una superficie enharinada y amasar ligeramente para que baje el volumen. Cortar la masa en cuatro trozos iguales, hacer una bola con cada trozo, cubrir y dejar reposar unos 20 minutos.
Extender ahora cada uno de los trozos con el rodillo formando cuatro tiras (con el ancho del molde en el que se van a hornear). Finalmente enrollar y colocar los rollos uno al lado de otro en el molde. Dejar reposar otra hora y media hasta que suba el volumen dentro del molde.
Pintar la superficie con un poco de leche e introducir en el horno previamente calentado a 175°C durante aprox. 35 minutos. Transcurrido este tiempo sacar del molde y hornear 4 minutos más.
Nota: Si la superficie se dorara muy rápido, cubrir con papel de aluminio.
Por lo que he podido ver, el pan ya ha dado vuelta y media a la blogosfera. La leche de Hokkaido, que da nombre a este pan, es leche originaria de la región de Hokkaidō, la segunda isla más grande de Japón, la mayor isla al Norte. Claro está que yo no he utilizado leche de esta isla, aunque he intentado utilizar una leche de calidad, una leche ecológica. Googleando he descubierto también que incluso Kit Kat tuvo una edición limitada especial para su Kit Kat blanco con leche de Hokkaido, y que hay accesorios varios con motivos de esta leche. En conclusión: Hokkaido es realmente un nombre en cuestión de leche!
La ventaja de este pan es que pueden probarse diferentes rellenos para cada trozo. En la foto los cuatro que yo hice, dos naturales y dos con Nutella, pero se me ocurren más para el próximo, frutos secos, por ejemplo. Para desayunar, con mantequilla y mermelada, está ¡de vicio!
Aunque en esta historia había un pequeño inconveniente y es que ¡él pertenecía a otra! Así que, como no está bien eso de codiciar bienes ajenos... dicen..., pues me puse manos a la masa. El resultado me ha convencido, creo que será un amor de por vida:
Pan de leche Hokkaido
Ingredientes
600 g de harina
20 g levadura fresca
30 g leche en polvo
60 g azúcar
9 g sal
1 huevo mediano
210 g leche (templada)
100 g nata (templada)
Preparación
Disolver la levadura fresca en un poco de leche. Mezclar el resto de los ingredientes y amasar hasta obtener una masa elástica y homogénea. Dejar reposar durante, al menos, hora y media hasta que la masa haya doblado su tamaño. Colocar después sobre una superficie enharinada y amasar ligeramente para que baje el volumen. Cortar la masa en cuatro trozos iguales, hacer una bola con cada trozo, cubrir y dejar reposar unos 20 minutos.
Extender ahora cada uno de los trozos con el rodillo formando cuatro tiras (con el ancho del molde en el que se van a hornear). Finalmente enrollar y colocar los rollos uno al lado de otro en el molde. Dejar reposar otra hora y media hasta que suba el volumen dentro del molde.
Pintar la superficie con un poco de leche e introducir en el horno previamente calentado a 175°C durante aprox. 35 minutos. Transcurrido este tiempo sacar del molde y hornear 4 minutos más.
Nota: Si la superficie se dorara muy rápido, cubrir con papel de aluminio.
Por lo que he podido ver, el pan ya ha dado vuelta y media a la blogosfera. La leche de Hokkaido, que da nombre a este pan, es leche originaria de la región de Hokkaidō, la segunda isla más grande de Japón, la mayor isla al Norte. Claro está que yo no he utilizado leche de esta isla, aunque he intentado utilizar una leche de calidad, una leche ecológica. Googleando he descubierto también que incluso Kit Kat tuvo una edición limitada especial para su Kit Kat blanco con leche de Hokkaido, y que hay accesorios varios con motivos de esta leche. En conclusión: Hokkaido es realmente un nombre en cuestión de leche!
La ventaja de este pan es que pueden probarse diferentes rellenos para cada trozo. En la foto los cuatro que yo hice, dos naturales y dos con Nutella, pero se me ocurren más para el próximo, frutos secos, por ejemplo. Para desayunar, con mantequilla y mermelada, está ¡de vicio!
¡Probadlo y me decís!
viernes, 18 de enero de 2008
Aroma árabe
Hace mucho tiempo encontré este libro de recetas y relatos que he vuelto a rescatar de la estantería el otro día ordenando los libros de cocina. Su autor, Salah Jamal, médico palestino afincado en Barcelona desde principios de los setenta, relata su llegada a la Ciudad Condal y sus primeras impresiones al conocer a sus compatriotas:
»En realidad, todavía me causó más asombro verles enzarzados en diálogos nostálgicos y absurdos sobre temas como la comida: que si el falafel de Palestina es el mejor donde lo hubiere, que si el hommos de Líbano, o el maqluba de una región u otra... Ninguno de ellos me preguntó sobre la guerra civil entre jordanos y palestinos, que en aquellos días estaba en su punto más álgido (septiembre 1970).«
El libro es una lectura muy amena que nos hace un recorrido histórico por la gastronomía del mundo árabe a través de recetas rescatadas de la tradicción oral (en su mayor parte de las mujeres), recuerdos de la niñez, anécdotas en el nuevo país y últimos acontecimientos políticos.
Aroma árabe. Recetas y relatos, de Jamal Salah
Editorial Zendrera Zariquiey, Barcelona, 1999
ISBN 84-8418-032-8
»En realidad, todavía me causó más asombro verles enzarzados en diálogos nostálgicos y absurdos sobre temas como la comida: que si el falafel de Palestina es el mejor donde lo hubiere, que si el hommos de Líbano, o el maqluba de una región u otra... Ninguno de ellos me preguntó sobre la guerra civil entre jordanos y palestinos, que en aquellos días estaba en su punto más álgido (septiembre 1970).«
El libro es una lectura muy amena que nos hace un recorrido histórico por la gastronomía del mundo árabe a través de recetas rescatadas de la tradicción oral (en su mayor parte de las mujeres), recuerdos de la niñez, anécdotas en el nuevo país y últimos acontecimientos políticos.
Editorial Zendrera Zariquiey, Barcelona, 1999
ISBN 84-8418-032-8
viernes, 11 de enero de 2008
Pan de aceitunas
A mi tía...
... que se trajo esta receta de Turquía y me la enseñó,
... que me da muchas más ideas para el blog,
... y que, además, me revisa y corrige todo lo que publico aquí,
¡GRACIAS! ;)
... que se trajo esta receta de Turquía y me la enseñó,
... que me da muchas más ideas para el blog,
... y que, además, me revisa y corrige todo lo que publico aquí,
¡GRACIAS! ;)
Ingredientes
3 vasos de harina - 1 vaso de yogur (tipo griego) - 1 vaso de aceite vegetal - 1 vaso de aceitunas negras (deshuesadas) - 2 huevos - 1 cucharilla de levadura en polvo - 2 cucharillas de menta seca - 2 cebollas medianas ralladas
Preparación
Se desmenuzan las aceitunas deshuesadas. Se mezclan todos los ingredientes menos las aceitunas y la menta que se pondrán al final tratando de no revolver mucho la mezcla para evitar que las aceitunas suelten jugo y la tiñan. A continuación se pone en una fuente no muy profunda untada con mantequilla y se introduce en el horno previamente calentado a 190º C durante aproximadamente 40 minutos o hasta que la superficie se dore. Para comprobar si el pan está hecho puede pincharse con una aguja que deberá salir limpia.
Esta vez sólo rallé una cebolla y la otra la corté muy finamente y dedo decir que el pan quedó mucho más jugoso que otras veces.
Esta vez sólo rallé una cebolla y la otra la corté muy finamente y dedo decir que el pan quedó mucho más jugoso que otras veces.
jueves, 10 de enero de 2008
Fatteh o desayuno con garbanzos
El HEMC de este mes dedicado a las legumbres me ha dado la excusa perfecta para realizar este plato con el que, además, inauguro una nueva sección dedicada a la cocina árabe. El Fatteh (o Hummus Fatteh), al estilo sirio, es el plato debutante.
Este plato se encuentra, naturalmente también, en muchos otros países y zonas del levante mediterráneo. En cada cual con su variante y toque especial.
Los fatteh son platos con una base común: pan frito o tostado y, generalmente, yogur, que presentan muchas variedades, con pollo, berenjenas, etc. El Hummus Fatteh, como su nombre indica (hummus = ar. garbanzos), lleva ¡garbanzos!
Este Fatteh se toma tradicionalmente en el desayuno. Como la mayoría de los platos más populares en todas las gastronomías del mundo su origen es humilde, es el desayuno de los campesinos que trabajan todo el día en el campo y que necesitan una primera comida en el día fuerte y, sobre todo, barata. En Siria suele tomarse como desayuno con toda la familia los fines de semana (y viernes, que es parte del fin de semana musulmán). Es también uno de los primeros platos que se toma en las comidas durante el mes de Ramadán.
Los fatteh son platos con una base común: pan frito o tostado y, generalmente, yogur, que presentan muchas variedades, con pollo, berenjenas, etc. El Hummus Fatteh, como su nombre indica (hummus = ar. garbanzos), lleva ¡garbanzos!
Este Fatteh se toma tradicionalmente en el desayuno. Como la mayoría de los platos más populares en todas las gastronomías del mundo su origen es humilde, es el desayuno de los campesinos que trabajan todo el día en el campo y que necesitan una primera comida en el día fuerte y, sobre todo, barata. En Siria suele tomarse como desayuno con toda la familia los fines de semana (y viernes, que es parte del fin de semana musulmán). Es también uno de los primeros platos que se toma en las comidas durante el mes de Ramadán.
400 g de garbanzos cocidos
125 g yogur natural (tipo griego)
3 cucharadas de tahina o salsa de sésamo
zumo de 1 limón
1 diente de ajo
1 pan de pita
piñones o almendras
aceite de oliva o mantequilla
pimentón picante, comino
125 g yogur natural (tipo griego)
3 cucharadas de tahina o salsa de sésamo
zumo de 1 limón
1 diente de ajo
1 pan de pita
piñones o almendras
aceite de oliva o mantequilla
pimentón picante, comino
sal
Elaboración
Los garbanzos cocidos (pueden ser de bote) se calientan en agua con sal y comino. Después se escurren bien, guardando el agua de cocción.
El pan de pita se tuesta en el horno precalentado durante unos minutos hasta que esté duro y crujiente. También puede tostarse en una sartén sin engrasar. En la misma sartén se tuestan las almendras o los piñones frescos hasta que obtengan un color dorado.
La crema de yogur se realiza mezclando éste en un cuenco con la salsa de sésamo o tahina, el ajo macerado, el zumo de un limón y un poco de sal. También pueden añadirse unas cucharadas del agua de cocción de los garbanzos para darle una consistencia más líquida.
Finalmente se colocan en una fuente o bol el pan tostado partido a mano en trozos irregulares y después los garbanzos escurridos. Estas dos primeras capas se humedecen por encima con unas cucharadas del agua de cocción de los garbanzos. Después se cubre todo con la crema de yogur que se decora con las almendras tostadas, o piñones, y, a gusto, con perejil, pimentón picante, etc. Como veis yo he puesto unos pimientos verdes frescos que dan color y frescor al plato.
Y el toque final, que no debe faltar, es el aceite o mantequilla. Yo he puesto aceite de oliva. Se calienta el aceite en una sartén casi hasta que salga humo y con cuidado, ya puede saltar, se vierte sobre la mezcla anterior. ¡El toque acústico del aceite sobre el yogur completa este estupendo desayuno!
Y ¡ya está! Sencilla, sabrosa y económica. Un fuerte desayuno o brunch ideal para el fin de semana. Una forma diferente de comer garbanzos que... ¡SORPRENDE!
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