(Aviso importante: post pastoso, y ya se sabe, el que avisa no es traidor.)
Nueva York en la distancia son los 6000 km de distancia física y las cuatro semanas de distancia temporal que nos separan ahora. Pero, en realidad, Nueva York está a una décima de segundo. Ese es el tiempo que necesito para volver mentalmente a caminar por sus calles, a disfrutar de sus parques, a probar comidas exóticas y a pararme a observar a la gente. Cinco semanas dan para mucho y ahora tengo esa sensación de "haber vivido" un poco allí, sin pretender caer en la pedantería de decir que he vivido como un "local", o como un lugareño, porque ello supondría haber hecho cosas como pagar la factura de la luz, hacer algún fastidioso trámite administrativo o llevar a los niños al colegio, por poner algún ejemplo, y eso, como que no lo he hecho. A pesar de ello, sí que tengo esa sensación de conocer un poco su cotidianidad. Volvería ahora mismo a Nueva York, pero vivir, lo que se dice vivir, creo que ya no. Ya no tendría edad ni fuerza para el ritmo de la ciudad, que es brutal y que parece consumir hasta el límite la energía de sus habitantes. Nunca antes había visto tales niveles de agotamiento entre la gente que vuelve en metro del trabajo a casa. ¿Será por eso que apenas se ven viejos?
Divagaciones aparte, en esa décima de segundo en la que se acorta la distancia, puedes volver a ver Manhattan desde la distancia de Staten Island, al otro lado de la bahía.
O descubrir tesoros como el pequeño faro rojo bajo el puente de Washington en el norte de la isla, después de un estupendo paseo en bicicleta siguiendo la orilla del río Hudson.
Puedes volver a disfrutar de la romántica vista desde Queens.
O pasear por el Bronx y descubrir sus panaderías de tiempos pasados en Little Italy. Como esta que resultó ser en la que se rodó la película "Just desserts", según me explicó un vecino que me observaba con curiosidad mientras hacía la foto (¡si es que una tiene ojo para captar localizaciones cinematográficas!).
Una décima de segundo para volver a ver los colores de Coney Island tras una tormenta de verano.
Y como no, las horas ociosas en los parques, los únicos sitios de la ciudad en los que se puede escapar un poco del aplastante calor del verano (sin congelarse bajo ningún aire acondicionado) y aprovechar para saborear con calma alguna de las delicias locales.
Ya lo dije, iba a ser pastoso. Hasta la próxima digresión. Un saludo :)
Me ha encantado leerte. Las fotos están chulísimas.
ResponderEliminarAntonio J. García
Gracias, Antonio, y a mí me encanta tenerte por aquí ;)
EliminarMe apunto ahora mismo eso de las panaderías del bronx, la próxima vez que vaya a NY tengo que visitarlas sí o sí.
ResponderEliminarLas delicias típicas son pastosas pero... una vez al año, qué bien sientan verdad?
Besotes
Además de panaderías, también hay unos cannoli fantásticos! :)
Eliminarahora mismo lo que siento es envidia y no de la buena, de la mala mala!!!
ResponderEliminarespero que guardes todas las rutas para cuando me toque la loteria y pueda ir, porque ahora cogerme 5 semanas de vacaciones es como imposible!
besazos
Las rutas están guardadas en la memoria y, por si esta me falla, en una libreta también. Chica, alguna ventaja tenía que tener el ser autónoma y poder trabajar desde cualqueir sitio :)
EliminarBesos
Que maravilla de fotos!!!!
ResponderEliminar(me lo leo tranquilamente!)
Besos!
El tiempo que necesites, jeje :)
EliminarOtra con envidia cochina, pero cochina de verdad. Eso es conocer una ciudad. Me encantan las fotos y las explicaciones que has dado.
ResponderEliminarBueno, María, me vais a matar con las envidias!
EliminarGracias por pasarte por aquí :)
A mí más que pastoso me resulta envidiable.
ResponderEliminarHace algunos años que sueño más de una vez por semana ir a Nueva York.
Es el sueño de mi vida. Creo que me sobra tanta energía que no me vendría mal una ciudad que me haga una cura absorbiendo todo el exceso que me agota.
Me encantan tus fotos, me encanta volver.
Besos.
Seguro que un día lo haces realidad. A mí ahora me toca volver a soñar también!
EliminarGracias por volver ;-)
Me encanta Nueva York y al mismo tiempo enseguida me irrita, no me canso de sus colores, de sus calle, de sus comidas...estar en esta ciudad es como estar en el mundo entero al mismo tiempo, esa es mi sensación, la cual al poco tiempo me cansa y necesito volver... siempre he tenido este amor/odio por las grandes ciudades, pero sobre todo por esta... te envidio (Y esa palabreja de "sanamente", no la comprendo), simplemente te envidio por que ahora quisiera estar en Nueva York 3 semanas solamente, dos tal vez una pero estar allí....para luego poder volver a irritarme con ella y regresar, reencontrarme con el principio...volver al punto de partida.... a la rutina misma....
ResponderEliminarun saludo
Jejeje, yo también envidio (muy malamente ;-) a mi otro yo, el de agosto, el que estuvo en Nueva York, y me gustaría volver a ser ese yo otra vez. Lo que está claro es que la ciudad no deja indiferente, aunque sea amor/odio.
EliminarUn abrazo y gracias por pasarte por aquí :)
Yo no sé si podré viajar a tantos lugares como tú, pero al menos viniendo aquí me voy haciendo ilusiones, y por si fuera a alguno de ellos, como referencia para rutas, qué, cómo y dónde comer etc.., tu blog me parece el lugar mejor.
ResponderEliminarUn saludo.