En menos tiempo del que te llevaría cruzar Berlín de norte a sur, puedes plantarte en tren en el centro de Leipzig. Y eso es lo que hice la semana pasada. Terminados los compromisos laborales, me quedó el tiempo justo para visitar a uno de los hijos predilectos de la ciudad y hacer una parada en una confitería para comprar Leipziger Lerchen.
Al parecer, tras la prohibición en 1876 de uno de los, por entonces, platos más famosos de la región, las alondras rellenas, los pasteleros de la ciudad crearon estas tartaletas en memoria de la especialidad prohibida. La alondra actual es una base de masa quebrada rellena de mazapán.
Y no me digáis que la ciudad no se lo pone fácil a los visitantes que quieran llevarse una foto típica, con estas placas ante los monumentos más famosos, desde la mejor posición y con una recomendación para los ajustes de la cámara.
Mira, en esta vida hay que ser muy práctico porque no será la primera vez que uno hace sus fotos tan encantado de la vida y luego se da cuenta que solo tiene chapuzas. Es verdad que con el boom digital parte del encanto "foto-fracaso" ha desaparecido... anda que no me he llevado chascos a la hora de revelar carretes... antes claro, que ahora las eliges con cuidado, si salió mal la borras y la repites mil veces y si tiene defectillo photoshop al canto... adiós magia del disgusto fotográfico -curiosa la melancolía, verdad? surge hasta en las cosas más chungas-. Pero es que, con tanta modernidad, hasta yo hago buenas fotos y si encima me dicen dónde poner mis zapatos y como configurar la cámara, cachis! así uno no necesita comprar postales!
ResponderEliminarAnda! Qué fuerte!
ResponderEliminarPues mira que he estado un par de veces, la última en octubre, pero no me había fijado nunca en las placas esas del suelo... Molaaaaaa!
Leipzig es una preciosidad, desde luego.
Lo de la placa me ha encantado...Es ahí donde se ve la esencia alemana! Esos pastelillos me han hecho llorar por dentro.
ResponderEliminarJa ja lo de la placa esta hecho para mi...jua jua jua...mira que como dice Maitecon las cámaras de hoy en día es fácil la tarea, pero una servidora es una manazas o yo que sé pero aprieto algo y se desconfigura...bueno bueno...eso si me estoy mi rato en enfocar....que al final a todos se les queda la risa petrificada....
ResponderEliminarlos pastelitos que ricos y la ciudad pra pasarse algún día...
muchos besos
Qué estupenda idea lo de la placa para sacar la foto... Me parece que en España estamos a años luz para conseguir siquiera acercarnos a este tipo de detalles.
ResponderEliminarUn besote Noema... y gracias por mostrarnos esas tartaletas.
¡Qué placas más chulas! Es que además de que me parezca un detalle el darte todos los datos para una buena foto, es una placa preciosa. Como la vea mi marido la manga. ¡Seguro!
ResponderEliminarY esos pasteles... ¿El paquete es así o pusiste un trapo de cocina por encima? ¡Qué chulo!
Qué útil, no?, que te marquen la posición de los pies para que puedas sacar una foto estupenda de Bach.
ResponderEliminarYa tengo unas ganas locas de que llegue diciembre para ir abirendo ventanitas.
Un beso
Desde luego con esas placas lo que está claro es que aseguras el tiro...
ResponderEliminar¡Ja, ja, ja! Que buenas las placas. A mi desde luego me vendrían etupendas!
ResponderEliminarLa verdad es que nunca se me hubiera ocurrido que hicieran algo así en una placa. La modernidad da vía libre a cualquier paparruchada.
ResponderEliminarMe encantaría saber como son esas masitas tan famosas. Deben ser exquisitas. Y cómo son las alondras rellenas prohibidas?, mm eso me gusta más, lo de que sean prohibidas tiene su encanto
Cariños
Pero qué buena pinta tiene todo lo que haces! Se me cae la baba.
ResponderEliminarYo soy Tula y acabo de conocerte en el Atelier de Jackie. Si quieres pasarte por mi blog, estaré encantada de recibirte.
Un beso!
http://tulamalcriada.blogspot.com/
Gracias por pasaros por aquí y por vuestros comentarios.
ResponderEliminarPD: María, eso son unos trapos que puse para ver si la foto quedaba algo más "salá".